“Con actitud todo se puede”: niñas cargan cruz de 40 kg al Cerro de la Estrella
Este Viernes Santo, las calles se llenaron nuevamente de fe, bullicio y cruces. Por 182 años consecutivos, miles de personas han representado la Pasión de Cristo en Iztapalapa de la Ciudad de México, en una tradición que combina devoción, historia y comunidad.
Pero entre la multitud de nazarenos que cumplen sus mandas cargando una cruz de madera, unas figuras pequeñas destacan: niñas que, con determinación y fe, también forman parte de este recorrido espiritual.
¿Por qué niñas tan pequeñas cargan una cruz en el viacrucis?
Aunque la participación de mujeres en esta tradición ha ido en aumento, sigue siendo poco común ver a niñas cumpliendo este tipo de mandas. Sin embargo, su motivación es tan grande como sus cruces.
Ashley Maite, de 11 años, lo tiene claro: “Empecé cuando era chiquita, como a los 9 o 10 años. Con actitud todo se puede, ¿verdad?”, dice con una sonrisa mientras camina con su cruz de entre 2 y 3 kilos.
Para Carla, de la misma edad, la motivación fue una promesa personal: “Tengo como dos años saliendo. Se hace una manda para una persona y tienes que cumplir tu manda. Una tía estaba enferma de cáncer y se lo pedí al Señor de la Cuevita”, cuenta. Su cruz pesa alrededor de 10 kilos.
¿Cuál es el origen de su promesa para cargar una cruz en el viacrucis?
En muchos casos, las niñas que participan lo hacen por vínculos familiares profundos. Es el caso de Alondra, de 15 años, quien cumplió una promesa muy especial. Recordemos cuál es el origen de la Pasión de Cristo en Iztapalapa.
“Yo le prometí a mi abuelito, que en paz descanse, que iba a salir un día de nazarena y que iba a cargar la cruz con una foto de él”. Aunque su cruz pesa unos 40 kilos, afirma que “es una experiencia muy bonita, pero sí un poco cansada”, mencionó.
Areli, también de 15, realizó por primera vez el recorrido completo de los ocho barrios de Iztapalapa. “Ya casi acabo, por mi papá y por mi mamá; ellos me motivan a seguirle”, nos dice con determinación.
¿Cómo es el acompañamiento familiar durante la Pasión de Cristo en Iztapalapa?
Para algunas niñas, este camino también es una forma de unión familiar. Alison, de 9 años, comenta que no solo ella se cansa: “Mi segundo año, me motiva estar con mi mamá y ayudarles, porque a veces sí se cansan, y yo también, pero me gusta ayudarles”.
Alexa, de 12 años, recuerda cómo empezó su participación: “Veía que salían mis primos y yo también quería salir. Veía a mi abuelita y me gustaba su cara, sus expresiones cuando me veía”. Desde las 7 de la mañana comenzó su recorrido.
¿Qué significa para ellas ser parte de esta tradición de la Pasión de Cristo en Iztapalapa?
Más allá del sacrificio físico, el valor simbólico de cargar una cruz las conecta con algo más grande: con la comunidad, con su fe y con sus seres queridos. Algunas lo hacen por agradecimiento, otras por pedir un milagro.
Pero todas, sin excepción, comparten una fortaleza notable para su corta edad. Si no pudiste asistir presencialmente a la representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa, no te preocupes, aquí puedes ver la transmisión.
“Me gustó ver cómo salían y quise salir”, resume Elsin, de 10 años, con la sencillez y firmeza que solo da su corta edad.