Fans de Shohei Ohtani se juntan en Japón para ver la Serie Mundial

OSHU CITY, Japón.- La ciudad natal de Shohei Ohtani, Oshu, en el norte de Japón, se convirtió en un epicentro de emoción el martes por la mañana, cuando cientos de fanáticos se reunieron en un centro de observación público para seguir el tercer juego de la Serie Mundial. Este evento no solo celebró el talento de Ohtani, sino que también unió a la comunidad en torno a su héroe local.

¿Un desayuno de entusiasmo en Oshu?

Los aficionados se congregaron a las afueras del Centro Cultural de Oshu City, donde un auditorio con capacidad para 500 personas se convirtió en el escenario ideal para vitorear a Ohtani. Con una hora de anticipación, los entusiastas llegaron vestidos con camisetas y gorras de los Dodgers, listos para alentar a su ídolo. El ambiente festivo se vio complementado con palos inflables y carteles que proclamaban a Ohtani como “El orgullo de la ciudad de Oshu”.

A medida que el juego se acercaba, el auditorio rebosaba de energía en una hermosa mañana de otoño. Entre los presentes, se contaban unos 20 niños del jardín de infantes que Ohtani asistió en su infancia, equipados con pequeñas banderas que mostraban la cara sonriente de su ídolo.

¿La expectativa y la lesión de Ohtani?

Ohtani, quien había dislocado su hombro izquierdo dos días antes durante el segundo partido, era el centro de atención. Su estado físico había generado preocupación en Japón, transformando el ambiente de anticipación en una atmósfera sombría por un momento. Sin embargo, el alivio llegó cuando el mánager de los Dodgers, Dave Roberts, decidió incluir a Ohtani como bateador designado y primer bate en el Juego 3.

La emoción estalló en el auditorio cuando Ohtani recibió una base por bolas en su primer turno al bate, provocando ovaciones entusiastas y cánticos de “Vamos, vamos, Shohei”. La euforia se incrementó aún más cuando los Dodgers tomaron una ventaja de 2-0 gracias a un jonrón de Freddie Freeman.

¿Oshu: la ciudad que apoya a su hijo favorito?

Oshu es una región rural, alejada de la bulliciosa Tokio, situada a unos 500 kilómetros al norte de la capital japonesa. Aquí, Ohtani no solo se destacó como jugador en las ligas menores, sino que también brilló en la escuela secundaria Hanamaki Higashi, ganándose el corazón de la prefectura de Iwate.

La comunidad se unió para celebrar no solo a un atleta excepcional, sino también a un símbolo de orgullo local. A medida que avanzaba el juego, la magia regresó a la ciudad natal de Ohtani, mostrando el fuerte lazo que une a los fanáticos con su estrella. Con el aliento de su comunidad, Ohtani se convirtió en un faro de esperanza y unidad, elevando el espíritu de Oshu en el escenario global del béisbol.

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