¿Qué es el muérdago, plaga presente en el bosque de Durango?
El bosque de Durango, reconocido por su potencial productivo y como prestador de servicios ambientales, enfrenta también algunas plagas que afectan el desarrollo de los árboles y la calidad de la madera.
Las autoridades federales y estatales cuentan con un área de sanidad forestal, especial para atender las diferentes problemáticas de la zona y brindar el tratamiento adecuado y así, minimizar los daños.
¿Qué es el muérdago, plaga presente en el bosque de Durango?
El bosque de Durango es susceptible al muérdago, que es una planta parásita que penetra la corteza de los pinos u otros árboles en donde se hospedan.
En caso de infestación grave, el muérdago puede derivar en la muerte de los árboles, pues entre otras cosas, les roba los nutrientes, impide su crecimiento y afecta la calidad de su madera.
De acuerdo a la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNYMA), durante el año pasado se atendieron seis mil 160 hectáreas de bosque con plantas parásitas. En lo que va del año, aún no se registran notificaciones.
¿Qué tipos de muérdagos existen en el bosque de Durango?
De acuerdo a la Comisión Nacional Forestal (Conafor), existen muérdagos que impactan a las coníferas, los cuales se ubican en cuatro géneros:
- Arceuthobium (conocidos como muérdagos enanos).
- Psittacanthus
- Phoradendron
- Struthanthus
Los últimos tres se denominan como muérdagos verdaderos. Los muérdagos enanos son ubicados como el segundo agente biótico de destrucción de los bosques de clima templado, como los de Durango, después de los insectos descortezadores.
¿Existe tratamiento para combatir el muérdago?
Existe un tratamiento establecido por las autoridades para tratar el muérdago en los bosques, el cual consiste en la poda de las ramas, eliminando hasta un 50 por ciento de la copa total del árbol.
El producto resultante se pica, entierra o quema para evitar la maduración de los frutos y con ello la dispersión de la semilla hacia áreas sanas.
Luego de este proceso, se mantiene un monitoreo constante y en dos o tres años se realiza el mismo tratamiento para garantizar que no vuelva la plaga, según explica la Conafor.