"El Espía" un soldado que recorre las calles antes de Semana Santa
ESTADO DE MÉXICO.- Con la llegada de la Cuaresma, las calles de Capultitlán se llenan de historia, devoción y una tradición que representa a Cristo y ha trascendido generaciones: el recorrido del Espía.
Esta emblemática representación simboliza la búsqueda de Jesús de Nazaret y tiene como protagonista a Malco, un soldado romano que, montado a caballo, recorre el pueblo con su característico silbido en los cuatro puntos cardinales.
Cada viernes y domingo previos al Viernes Santo, niños, jóvenes y adultos siguen a Malco en su trayecto, manteniendo viva una costumbre que ha perdurado en la identidad de Capultitlán.
La tradición de El Espía en Capultitlán es un reflejo de la identidad cultural y religiosa del pueblo, una manifestación de fe que año con año une a la comunidad en un recorrido simbólico lleno de historia y devoción"
Miguel Morán -
Este año Miguel Morán asume nuevamente el papel del personaje.
¿Quién es Malco?
Malco es más que un personaje; es el símbolo del inicio de la Pasión de Cristo y su búsqueda representa el inicio de los días santos.
Su vestimenta, que incluye una capa y un morrión de colores llamativos, lo distingue entre la multitud y lo convierte en el centro de atención durante el recorrido.
Este 2025, Miguel Morán vuelve a dar vida a Malco, tras recibir la invitación oficial del Grupo de Los Fariseos.
Durante una ceremonia especial, le entregaron el morrión, un casco que simboliza la responsabilidad y el compromiso con esta representación.
Me siento honrado al recibir el morrión, que representa una tradición que existe de generación en generación para representar al Espía, y poder dejar a mi hijo, a su vez, la batuta de este personaje"
Miguel Morán -
¿Cómo inicia la actividad?
Después del miércoles de ceniza, se realiza un recorrido marcado por la bendición del mayordomo del año que corresponde.
El soldado romano sale de su hogar y emprende el trayecto acompañado por familiares y vecinos que lo siguiente a pie o en bicicleta.
Durante una hora, el recorrido llena de vida las calles de Capultitlán, donde los habitantes presencian el paso del Espía.
Al finalizar, niños y familias se acercan y toman fotos o videos con él, como parte del arraigo de esta festividad en la comunidad.
El Espía no es solo una representación; es un legado que se renueva cada año en Capultitlán, uniendo generaciones en un recorrido de fe, historia y devoción.