El secuestro que marcó a Ernestina Sodi y Laura Zapata: el impacto de la banda Petriciolet

CIUDAD DE MÉXICO, México.- Este pasado 9 de noviembre se anunció el fallecimiento de Ernestina Sodi, hermana de Laura Zapata, quien murió en la Ciudad de México tras haber estado hospitalizada en terapia intensiva por dos infartos.

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Años más tarde, en 2012, se reportó la captura de otro integrante clave, José Martín Jiménez Martínez, conocido como 'El Porro'. Laura Zapata reaccionó al arresto en redes sociales, identificando a Jiménez como “Pancho”, el mismo hombre que estuvo implicado en su secuestro.

La desarticulación de la banda continuó con la captura y sentencias para otros líderes de Los Petriciolet. Entre ellos, Abel Silva, apodado 'El Dicaprio', y Noé Abraham Soto García, conocido como 'El Chimuelo', quienes fueron arrestados entre 2009 y 2010 y, en 2022, sentenciados a 384 años de prisión por sus múltiples crímenes.

¿Cómo ha afectado el secuestro a las hermanas Sodi y Zapata?

Con el paso de los años, la historia de este secuestro se mantuvo como una marca indeleble para las hermanas Sodi y Zapata, quienes han hablado en diversas ocasiones sobre cómo enfrentaron el miedo y la violencia. Las cicatrices de aquellos días siguen presentes en la memoria de ambas, convirtiendo el secuestro en un episodio que jamás podrán olvidar.

El secuestro de Ernestina y Laura también refleja el contexto de inseguridad de México en aquella época, donde las bandas criminales de secuestro y extorsión operaban con fuerza en varias ciudades, incluyendo la capital. Los esfuerzos por capturar y castigar a los responsables son una pequeña victoria en el combate contra el crimen organizado.

¿Por qué la historia de las hermanas Sodi inspira resistencia?

Para muchos, la historia de las hermanas representa una muestra de resistencia frente a la adversidad y de cómo, tras un suceso tan traumático, ambas continuaron sus vidas públicas. Ernestina, quien además fue periodista y escritora, canalizó su experiencia en su libro, compartiendo un testimonio que resonó con quienes habían vivido situaciones similares.

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A más de 20 años del incidente, el fallecimiento de Ernestina vuelve a recordar este episodio, resurgiendo en la memoria colectiva como un ejemplo de los desafíos que muchas familias en México han enfrentado a causa de la violencia.