Locura total

SAN PEDRO GARZA GARCÍA, Nuevo León.- Hola qué tal, Yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas tu micro mini podcast en el que escribo cosas que luego leo para tratar de no perder la cordura.

Hoy quiero contarles que hace días hice un ejercicio hermoso en mi muro de instagram en el que pedí que se me compartieran los inicios de libros que mas les hayan impactado, de preferencia de autoras mujeres, porque yo -fallandole a mi género- compartí puros de señoros.

Y es resultado fue maravilloso.

Se me compartió cualquier cantidad de fragmentos memorables que me dieron una ganas absurdas de ser este meme.

De entre todos esos inicios me clavé mucho en el de Rosa Montero y El peligro de estar cuerda.

Porque en ese libro, Rosa explora si la creatividad lleva a la locura, o si es la locura la que trae consigo la creatividad.

Pero ¿qué entendemos por locura? ¿Le podemos seguir diciendo locura?

Está mejor inestabilidad emocional o divergencia.

Los y las artistas más brillantes han tenido vidas frenéticas, atravezadas por la soledad o la enfermedad mental.

Virginia Woolf, Tolstoy, Dickens, Van Gogh, Pollock, Sylvia Plath, Violeta Parra, Hemingway, Emily Dickinson, Beyonce…

Hay pilas de estudios sobre la relación de los transtornos mentales y la genialidad.

Hay una anécdota El Grito de Edvard Munch fue inspirado un día que iba caminando con unos amigos y el atardecer mostró un cielo rojo, entonces Edvard sintió una gran tristeza y un dolor en el pecho.

Tuvo que detenerse. Se quedó ahí, escuchando un grito ilimitado que lo atravesaba. Y entonces salió esto

Los estallidos creativos también están “intrínsecamente” ligados con los estados de ánimo.

Alguna vez leí que Juan Rulfo dejó de escribir durante treinta años después de publicar Pedro Páramo y cuando le preguntaron por qué, dijo que porque había muerto su tío Celerino.

Un borracho, sgún las propias palabras de Rulfo, que le platicaba historias, sin Celerino la tristeza de Rulfo apagó la pluma tres décadas.

Los expertos le llaman 'la tormenta perfecta', es decir, cuando confluyen una serie de factores irrepetibles, químicos y situacionales.

El peligro de estar cuerda dice de que 'las hadas' nos dan un don, y nos hacen pagar un precio por él.

Otra de las cosas que me gustó del peligro de estar cuerda es que en el prólogo Rosa dice:

Este libro ha nacido, como casi todo en la vida, del azar.

Le pidieron una entrevista para algo que no recordaba y entonces le mandaron un bonche con todos sus textos escritos y publicados en El País.

Me identifiqué cuando dice que los leyó como si no fueran de ella. Así funciona a veces mi memoria. Olvido cosas que yo escribí y muchas veces me leo como si fuera la primera vez.

Dice Rosa:

“Los textos tienen entre cuarenta y cinco y treinta y cinco años. Ha pasado toda una vida. Ha pasado toda mi vida. La grandeza del periodismo es que se escribe sobre la inmediatez de lo experimentado, atrapa el aleteo de los segundos como quien clava mariposas en un corcho”.

Y lo amé mucho… pero ¿Quién ama la imagen de un instante sea tan hermoso y cruel como una mariposa en el corcho?

Alguien sin duda con una serie inestabilidad emocional. En la locura total.