Síguenos

No somos Charlie, somos Gisèle

¿Burla o sátira? Una de las revistas más importantes de Francia decidió publicar viñetas del caso Pélicot y ha desatado la polémica.

This browser does not support the video element.

Por: Sofia Otero

CIUDAD DE MÉXICO.- Este miércoles 16 de octubre, la revista Charlie Hebdo publicó una caricatura ridiculizando a Gisèle Pelicot, víctima de al menos 50 violaciones. Decenas de hombres son enjuiciados por abusar de la mujer de 72 años con ayuda de su esposo Dominique, quien la drogaba por las noches escondiendo sustancias en su cena.

A Charlie Hebdo le pareció apropiado burlarse del trauma de Gisèle. La ilustración muestra a la víctima inerte con hombres desnudos formados al lado de su cama a esperas de abusarla. Uno de ellos la está penetrando. En primer plano vemos a Dominique filmando la escena.

La caricatura es del dibujante “Felix”, para el que dibujar imágenes de mujeres siendo violadas no es novedad.

Si no les indigna la burla a una víctima de violación, debería indignarles que este dibujo a duras penas pueda catalogarse como sátira. Esto porque finalmente, el objetivo de la sátira es burlarse y cuestionar al poder mediante el humor. ¿Qué tiene de humorosa una imagen de una mujer, víctima de violación, siendo ridiculizada?

Otros cuantos defenderán a Charlie Hebdo como símbolo de la libertad de expresión. Recordemos que la revista francesa saltó a la fama mundial después de publicar una portada ilustrando al profeta Mahoma, algo prohibido en el Islam. Esto motivó los ataques que se adjudicó el grupo extremista Al Qaeda en 2015, donde fueron asesinadas 12 personas.

A pesar de estos atentados, creo que es importante y permisible cuestionar la manera en la que la revista ha criticado al Islam. Charlie Hebdo se escuda argumentando que reprochan la represión islámica, pero lo hacen mediante estereotipos racistas. Como ejemplo podemos tomar una portada donde dibujaron a mujeres negras embarazadas describiéndolas como esclavas sexuales de Boko Haram, y las ponen gritando “No nos quiten nuestros programas sociales”, esto en el contexto migratorio en Francia.

Regresemos al punto: la sátira debe ser transgresora. ¿Qué tiene de transgresor burlarse de mujeres musulmanas? ¿Qué tiene de transgresor minimizar la violación de una mujer? Eso no es transgresor, es cotidiano.

Ver nota:
Borrado de mujeres: culpa de los hombres, no de las mujeres trans