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Tiempo

Te has preguntado ¿qué tiempo estás viviendo? Es realmente el presente o ¿será que se trata sólo de una invención del ser humano?

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Por: Carolina Hernández

CIUDAD DE MÉXICO.- Estoy a nada de cumplir 49 años. Si fuera Soriana me diría ¿gusta redondear a medio siglo? Y por lo pronto no, no gusto. Lo que gusto es hablar de lo raro que es el tiempo.

¿Dónde está lo pasado antes de hacerse presente y que ocurre este momento que se desvanece en cuanto lo nombro?

El presente es un instante efímero e inalcanzable, que siempre se está yendo. El debate filosófico del tiempo es -paradójicamente- muy antiguo.

Aristóteles hablaba de que si el presente está hecho de un pasado que ya no existe y de un futuro que no existe todavía, sería lógico pensar que el tiempo tampoco existe. Aún así, las personas somos eternas viajeras en el tiempo.

Viajamos al pasado donde podemos encontrar recuerdos que nos hacen felices, pero también algunos instantes que preferiríamos no haber vivido, como si con preferirlo pudiéramos cambiarlos.También viajamos al futuro en donde creamos proyectos que nos ilusionan lo mismo que nos angustian.

Pero quiero dejar la filosofía para los hombres blancos y hablar de esto que los guanabes llamamos: vuelta al sol. Que por supuesto tampoco existe.

Yo a la vida no tengo más que agradecimientos y aunque ya no tengo la febril alegría de esos 30, (que ciertamente tampoco fue tan alegre) no importa, porque cada 24 de septiembre dejo de contar años para contar personas. Personas que he conocido, las que se han quedado, las que sea han ido, las que he dejado y las que he arropado.

También he decidido contar momentos. No días, no años. Momentos. Por que al final de cuentas, creo que son los momentos los que hacen la vida. Un momento puede cambiarlo todo. Un mal momento un buen momento. Ahí se definen rumbos.

Hay un estudio, porque siempre hay un estudio, que dice que en promedio las personas dedicamos el 70 por ciento de nuestro tiempo a recordar cosas o a crear situaciones en nuestra imaginación y solo el 30% se lo dedicamos a vivir de forma plena el momento presente.

Los monjes de zen tienen como principio poner la atención plena incluso en las tareas más cotidianas: cuando están barriendo, barrer es lo más importante del mundo; cuando están lavando papas, lavar papas es lo más importante del mundo; cuando meditan, solo meditan.

Porque están convencidos de que para vivir el tiempo presente es ponerle la atención plena a lo que estás haciendo, por insignificante que parezca.

Pero el asunto es que no entendemos el tiempo. Porque no es fácil saber que se va a acabar hasta que se está acabando… haz de cuenta como el agua de las presas.

Por eso, cuando el calendario me marca que he llegado a un año más, trato de aprender a soltar lo que no me da alegría y a atesorar los pequeños triunfos, porque con esos se forman las grandes historias de éxito.

Trato de respirar. De escuchar. De sentir. De aceptar que hay cosas, muchas cosas, que no dependen de mí y que van a pasar conmigo o sinmigo.

Trato con todas mis fuerzas de estar, aquí y ahora, como los perros que no piensan más que en el momento que viven y han sido sin duda los mejores maestros que he tenido en el pasado y en el presente.

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