Artesanías mexicanas: descubre la historia de las piñatas
Las piñatas, una tradición mexicana que llena de alegría las navidades
CIUDAD DE MÉXICO, México.- Las piñatas son una de las artesanías más populares de las festividades navideñas y de año nuevo en México. María de Lourdes Ortiz Zacarías, de 49 años, ha seguido los pasos de su abuelo y su madre desde niña, desarrollando la destreza para elaborar estas coloridas esferas de cartón decoradas con papelitos de colores.
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Estas piñatas son tan protagonistas de las fiestas de diciembre en México como el árbol de navidad o los nacimientos. Aunque su versión tradicional tiene forma de estrella de siete picos, con el paso de los años han ido variando en un desborde de creatividad. Ahora se pueden encontrar piñatas con la figura de personajes de dibujos animados e incluso políticos.
Las piñatas más comunes están hechas con un corazón de cartón, recubierto con periódico y engrudo. Se rellenan usualmente con frutas, caramelos y dulces locales. Sin embargo, aún se pueden encontrar algunas hechas como se hacían siempre, con una vasija de barro a la que se le colocaban los siete picos.
Estas piñatas están cargadas de simbolismo. Los colores vistosos representan los placeres superfluos, mientras que los siete picos simbolizan los siete pecados capitales que son destruidos con la ayuda de un palo. Los mexicanos asaltan las piñatas en celebraciones populares conocidas como las posadas, que se festejan durante los nueve días previos a la Nochebuena y recrean la búsqueda de cobijo que hicieron José y María antes de dar a luz al Niño Jesús el 25 de diciembre.
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A pesar de tener más de cuatro siglos de tradición, las piñatas han sobrevivido gracias a los cientos de artesanos que aún las fabrican y a la pasión que sienten los mexicanos por sus costumbres. Familias como la de Ortiz Zacarías han pasado el legado de generación en generación, manteniendo viva esta tradición.
Aunque también se asocian con fiestas infantiles en otros países latinoamericanos, en México las piñatas tienen incluso presencia en investigaciones sobre pueblos prehispánicos. Según una publicación de la Universidad Autónoma del Estado de México, los indígenas tenían un juego ceremonial en el que partían una vasija de barro llena de semillas de cacao. Este juego fue copiado por religiosos católicos y se convirtió en las piñatas similares a las que Marco Polo implementó en Europa central después de sus viajes por China.
La festividad navideña de las piñatas se remonta al siglo XVI, cuando los religiosos de un convento en Acolman, a las afueras de la capital mexicana, recibieron permiso del papa Sixto V para hacer las misas de aguinaldo. En Acolman vive la familia de María de Lourdes Ortiz Zacarías, quien lleva más de cuatro décadas dedicada a la creación artesanal de piñatas. Este oficio se ha convertido en la fuente de sustento para cuatro familias y trabajan en él los doce meses del año.
Las piñatas mexicanas son una tradición en constante evolución, que llena de color y alegría las navidades en México. Con su rica historia y simbolismo, estas artesanías continúan siendo una parte esencial de las celebraciones navideñas en el país.