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Asume el Ejército mexicano el control de tres municipios en Guanajuato

El Ejército asume el control en Celaya, Tarimoro y Comonfort debido al aumento de la violencia en Guanajuato tras el asesinato de políticos locales.

Por: Antonio López

GUANAJUATO, Guanajuato.- El gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, ha anunciado que el Ejército ha tomado el control en los municipios de Celaya, Tarimoro y Comonfort, situados en la región Laja Bajío, en respuesta a un incremento alarmante de la violencia en la zona.

Esta intervención se produce tras el asesinato de dos políticos de Morena que iban a integrar el gabinete del alcalde electo de Comonfort, Gilberto Zárate Nieves, así como un ataque en el que su hijo, Gilberto Zárate Lomas, resultó herido.

El gobernador destacó que la Fiscalía General del Estado está realizando investigaciones para esclarecer los recientes eventos violentos.

Violencia se recrudece en septiembre

En los primeros días de septiembre, la región ha sido escenario de una serie de incidentes violentos: el asesinato de Isaac Ortega Nieto y Tomás Mata Díaz, quienes iban a asumir roles clave en la administración de Comonfort, y un tiroteo que hirió a Gilberto Zárate Lomas y resultó en la muerte de un conductor inocente por una bala perdida.

La situación de inseguridad en Guanajuato se ha intensificado en los últimos años debido a la lucha entre grupos criminales por el control del territorio y las rutas de narcotráfico.

Esta violencia ha tenido un impacto directo en las funciones de seguridad pública, como lo evidencia la situación en Celaya, donde el Ejército ha intervenido debido a la tardanza en la revisión de armamento de la Policía Municipal.

Esta demora ha dejado a los policías desarmados y ha obligado a la Guardia Nacional a asumir temporalmente las tareas de seguridad.

Rodríguez Vallejo urgió al Ejército a proporcionar una resolución inmediata sobre el análisis del armamento de la Policía de Celaya, que ha estado en proceso durante tres semanas.

La falta de armamento adecuado para la policía local está contribuyendo a un vacío de seguridad que agrava la crisis en la región.