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Profeco advierte sobre los efectos negativos de los edulcorantes en la salud
Como parte de la estrategia nacional para combatir la obesidad infantil, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) impulsan acciones que desincentiven el consumo de comida chatarra en las escuelas, tanto públicas como privadas.
Esta campaña forma parte del programa “Vida Saludable”, cuyo objetivo principal es promover mejores hábitos alimenticios desde la infancia.
Una de las medidas más recientes ha sido el análisis difundido por la Revista del Consumidor, enfocado en el impacto del azúcar en la dieta infantil y adolescente, y cómo su exceso puede generar consecuencias negativas en la salud.
¿Son los jugos naturales y edulcorantes realmente saludables?
A pesar de su fama de saludables, los jugos naturales pueden tener un alto contenido de azúcar, lo que los vuelve poco recomendables si se consumen con frecuencia.
Además, los edulcorantes, ya sean naturales o artificiales, también plantean riesgos: algunos estudios señalan que alteran la microbiota intestinal, reducen la sensibilidad a la insulina y fomentan una mayor preferencia por sabores dulces en la infancia.
En caso de consumirlos, deben ser en cantidades mínimas y de forma esporádica.
También se enfatiza la importancia de no considerar jugos ni edulcorantes como sustitutos saludables.
¿Qué tipos de azúcares existen?
Existen dos tipos principales de azúcares:
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Naturales: Se encuentran en alimentos sin procesar como frutas, leche o caña de azúcar. Incluyen fructosa, glucosa, lactosa y sacarosa.
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Libres: Son los que se añaden a los productos durante su procesamiento o en el momento de consumo. También están presentes de forma natural en miel, jarabes, jugos y purés.
Ambos tipos pueden tener efectos diferentes en el cuerpo, pero es el consumo excesivo de los azúcares libres el que representa un mayor riesgo para la salud.
¿Qué recomiendan las autoridades?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar el consumo de azúcares libres a menos del 10% del total de energía diaria.
Para beneficios adicionales, se sugiere reducirlo aún más, idealmente a menos del 5%. Esto equivale, por ejemplo, a menos de un vaso de 250 ml de bebida azucarada al día.
Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) entre 2020 y 2023, el 67.1% de la población escolar entre 5 y 11 años, y el 64.7% de los adolescentes de 12 a 19 años, consumen más azúcares añadidos de lo recomendado.
Este patrón alimenticio es un factor que contribuye directamente al sobrepeso, la obesidad y otras afecciones metabólicas.