¿Cómo operaba Damazo "N", ex instructor de gimnasia de Nuevo León acusado de abuso sexual por 16 víctimas?
El caso de Damazo “N”, ex instructor de gimnasia en Nuevo León, ha sacudido a la comunidad deportiva del estado. Acusado por al menos 16 mujeres de abuso psicológico y físico, su historia ha salido a la luz tras años de silencio y complicidad institucional.
Las víctimas han narrado una serie de actos que comenzaron cuando apenas eran niñas y se integraban a entrenamientos en el Gimnasio Klass, propiedad de la madre del acusado, ubicado en el municipio de San Nicolás de los Garza.
¿Cómo operaba Damazo “N” dentro del gimnasio?
Según los testimonios, Damazo “N” utilizaba su rol de instructor como una herramienta de control y abuso. Las afectadas relatan que el maltrato iniciaba en cuanto comenzaban su formación como gimnastas.
- Además de prácticas físicas excesivas, describen una constante violencia psicológica. Camila López, una de las jóvenes denunciantes, señaló: “Lo que viví fue abuso psicológico. No fue normal, no fue parte del proceso, y definitivamente no fue necesario para ser mejor gimnasta”. Estas declaraciones apuntan a un patrón de comportamiento donde el presunto agresor utilizaba su autoridad para someter emocionalmente a las menores.
¿Qué ocurrió el 8 de marzo con las denuncias?
La ola de testimonios comenzó el 8 de marzo de 2025, cuando varias mujeres decidieron alzar la voz públicamente a través de redes sociales. A partir de ahí, el caso cobró visibilidad mediática.
Las jóvenes compartieron sus experiencias con el objetivo de buscar justicia, pero también en solidaridad con otras víctimas que vivieron abusos similares en silencio durante años. Este acto colectivo no solo impulsó la denuncia social, sino que también encendió alarmas sobre la falta de vigilancia en espacios deportivos infantiles.
¿Qué se sabe del entorno donde ocurrieron los hechos?
El Gimnasio Klass, donde presuntamente ocurrieron los abusos, era operado por la madre del acusado y funcionaba en San Nicolás de los Garza, uno de los municipios más importantes del área metropolitana de Monterrey.
Las víctimas coinciden en que la dinámica del lugar permitía el aislamiento de las menores y la normalización de la violencia bajo la excusa de la disciplina deportiva. Este ambiente cerrado habría facilitado el abuso durante años sin que hubiera intervención externa.
El caso continúa en investigación, mientras más víctimas se suman al llamado de justicia.
