El aporte de Serena: su ferocidad competitiva
El mayor aporte de Serena Williams al tenis es su ferocidad competitiva que obligó a otras jugadoras a encontrar la suya propia si es que querían vencerla.
El mayor aporte de Serena Williams al tenis es su ferocidad competitiva que obligó a otras jugadoras a encontrar la suya propia si es que querían vencerla.
Cuando Serena se aleje del tenis después del Abierto de Estados Unidos, como ella misma lo vaticinó, no marcará simplemente el retiro de una atleta con más títulos de Grand Slam en la era moderna, marcará algo mucho más profundo: el retiro de una atleta que ha transformado el juego de muchas maneras.
Pero su aporte no se quedará en una cancha de tenis, pues ahora que tiene 40 años, también ha restablecido las expectativas de ganancias para las mejores atletas femeninas, con su récord de 94 millones en ganancias de carrera en torneos, sin contar patrocinios.
Y más allá todavía, pues a lo largo de su carrera ha logrado superar circunstancias traumáticas, compitiendo frente a las críticas y luchando contra las percepciones negativas tanto desde la cima del rankig mundial, como en una posición fuera de priviliegios cuando llegó a estar fuera del top 100.
También tiene vestigios de cómo se ven las campeonas de tenis, cómo se visten y se comportan. Ha inspirado a la próxima generación de niñas y niños a creer que el tenis también era su deporte, si eso es lo que querían. La presencia de Serena transformó al tenis a lo que es hoy con su poder, con su valor, con la perseverancia y determinación e incluso con su moda. Lo dejó todo en la cancha con una actitud de nunca morir cada vez que estaba abajo en un partido.
El mundo la ve, más que como una tenista, como una atleta completa que se merece todas las cosas que logró porque trabajó lo suficiente para que eso sucediera durante tanto tiempo, con mucha determinación, dedicación y disciplina.
Serena ganó su primer Grand Slam a los 17 años en el US Open de 1999, y aunque se crio en Compton, California, donde sus padres le enseñaron a ella y a su hermana Venus a jugar en canchas públicas, en medio de un contexto de violencia de pandillas, el Arthur Ashe Stadium, el estadio de tenis más grande del mundo, siempre ha sacado a relucir una dimensión adicional en ella.
El estadio con capacidad para 23 mil 771 asientos en el Centro de Tenis Billie Jean King de la USTA ha sido el escenario de seis triunfos de Williams, pero además de controversias, algunas creadas por ella misma y otras no.
Pero el poder de Serena no venía solo, pues lo que lograron las hermanas Williams no tiene precedentes en el deporte, Venus alcanzó el número uno del mundo en febrero del 2002, Serena subió al 2 en junio, pero en julio el orden cambió y durante 2002 y 2003 se enfrentaron en cinco de seis Finales de Grand Slam. Serena las ganó todas.
En los medios, el “efecto Serena” fue similar al “efecto Tiger” en el golf, con un interés en los torneos basado en sí, ellos iban a participar duplicando de manera exponencial la atención del televidente y el lector.
La dureza mental es difícil de medir, no hay una pistola de velocidad para eso, pero sin duda Serena debe de estar en el top de esta medición, incluyendo a los hombres.