El final de Adame
Ni los pleitos con sus exesposas Diana Golden y Mary Paz Banquells; ni los insultos de borracho con Carlos Trejo “El Cazafantasmas” o El Escorpión Dorado; ni las acusaciones de misoginia lograron afectar la carrera pública de Alfredo Adame
Ni los pleitos con sus exesposas Diana Golden y Mary Paz Banquells; ni los insultos de borracho con Carlos Trejo “El Cazafantasmas” o El Escorpión Dorado; ni las acusaciones de misoginia que le han hecho figuras como Laura Zapata, Andrea Legarreta o Laura Bozzo lograron afectar la carrera pública de Alfredo Adame, como al parecer lo harán sus aspiraciones políticas. Podríamos estar en el principio del fin de su fama como actor, conductor y empresario.
El hasta este momento aún candidato a diputado se volvió a ver envuelto en un escándalo, pero esta vez por posibles tratos de corrupción política. En días pasados se filtró un audio donde Alfredo habla -muy a su estilo- de “chingarse 25 de 40 millones” y de que “así son los negocios”.
Si aceptamos creer en la versión que salió a dar Alfredo cuando señaló que el audio estaba editado y fuera de contexto, habría que creer que las cifras aludían a cubrebocas, no a dinero. Y que los 25 millones que planeaba repartir, eran una comisión (¡del 60%, lo cual también es un despropósito, y más si hablamos de cubrebocas!) por la presunta operación comercial.
De acuerdo, pero eso nos llevaría a suponer que Adame y sus socios tendrán manera de mostrar las facturas correspondientes y precisar a quién le iban a vender tal cantidad de cubrebocas, porque para colmo de males, la empresa 3M ya salió a declarar que los cubrebocas a los que alude Adame no son de venta pública, pues son quirúrgicos, y en pocas palabras se está deslindando de la supuesta operación de compra-venta.
Lo cierto es que todos oímos en el audio divulgado al aspirante a la diputación federal por la Alcaldía Tlalpan hablar también de números de diputados y de que su partido (Redes Sociales Progresistas) recibirá gran apoyo para ganar unas 11 diputaciones y alcanzar con sus aliados la mayoría de 256 diputados para controlar la cámara, todo esto a cambio de no atacar a los gobernantes de la CDMX y del país.
La aclaración que salió a dar Adame es insultante, porque en el audio que lo incrimina, él muestra una soberbia y una disposición a participar sin problemas en actos de corrupción, que él mira como negocios comunes. Es lamentable que después de una carrera exitosa en la televisión, Alfredo exponga su prestigio por sus ambiciones de figurar en el mundo de la política, en el que ya había fracasado, y del que espera recibir varios millones… aunque sea de cubrebocas.