La contramarcha

Y ahora… la contramarcha.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha convocado para este domingo 27 de Noviembre a su propia movilización.

Irá del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México. Pidió que no acudan provocadores ni violentos.  Aseveró que la manifestación será contra la oligarquía y la corrupción… y que no será por la Reforma Electoral.

Polarizar.  Esa ha sido la estrategia.

Un poco de memoria.

En 2004, siendo Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, llamó pirrurris a los participantes de la impresionante Marcha Blanca que demandaban seguridad en la capital del país.

En 2020, ya como Presidente, descalificó a las decenas de miles de mujeres de la Marcha Púrpura, señalando que sus causas eran “neoliberales”.

Tales exabruptos se quedaron cortos con la reacción del Presidente frente a la Marcha del Domingo 13 de Noviembre, a la que llamó el “streaptease del conservadurismo”,  que desbordó el Paseo de la Reforma y se replicó en más de 60 ciudades para defender la democracia y al Instituto Nacional Electoral.

Ahora va por la revancha. López Obrador decidió convocar a su propia movilización como respuesta.

Aquella multitudinaria defensa, pacífica, del Instituto Nacional Electoral, de hace unos días, la interpretó como un evento en contra suya.

Hoy hace uso de las estructuras y los recursos de los gobiernos de su partido.

Aquí en Nuevo León, el Comité Estatal de Morena convocó a los regiomontanos a participar en la marcha del 27 de Noviembre en la Ciudad de México.

Veremos cuántos atienden a ese llamado.

Escalar la división es un mal presagio para la democracia, independientemente del futuro que tenga la iniciativa de Reforma Electoral en el Poder Legislativo.

No perdamos de vista que detrás de todo esto hay un cálculo electoral y que los grandes problemas del país se han dejado de lado.

Soy Gregorio Martínez… Más Allá de la Noticia… Nos vemos y nos escuchamos… Aquí en POSTA.