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Una dinastía en crisis

Las declaraciones de Frida Sofía Guzmán a Gustavo Adolfo Infante en torno al presunto abuso sexual de su abuelo, Enrique Guzmán, abrieron la caja de Pandora de una dinastía que se sostenía con alfileres.

Por:Armando Gallegos

Las declaraciones de Frida Sofía Guzmán a Gustavo Adolfo Infante en torno al presunto abuso sexual de su abuelo, Enrique Guzmán, abrieron la caja de Pandora de una dinastía que se sostenía con alfileres.

Doña Silvia Pinal, quien presuntamente lleva en sus venas sangre del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla, es el pilar de una familia ligada al mundo del espectáculo, que incluso ha sido llamada dinastía, aunque solo tiene entre sus miembros consanguíneos a dos exponentes más en activo: Sylvia Pasquel, actriz; y Alejandra Guzmán, cantante. Viridiana Alatriste murió muy joven y apenas empezaba a despuntar en el medio cuando se accidentó.

La belleza de doña Silvia la llevó a conquistar varios corazones a lo largo de su vida y sostuvo relaciones formales con importantes figuras del medio artístico y hasta político: se casó con el actor Rafael Banquells, con quien procreó a Sylvia; luego se casó con el empresario cinematográfico Gabriel Alatriste, con quien procreó a Viridiana; más tarde se casó con el cantante de origen venezolano Enrique Guzmán, con quien procreó a Luis Enrique y Alejandra Guzmán. Ya en plena madurez, en su incursión en el mundo de la política conoció al gobernador de Tlaxcala Tulio Hernández, y se casó con él. Tras ese divorcio se ha mantenido soltera, fiel a su gran amor: la televisión.

Doña Silvia fue la última de la familia en reaccionar a la bomba soltada por Frida Sofía, y lo hizo mal, con un comunicado que no corresponde al sentir de una abuela, sino al de una oficina de prensa que busca apagar el fuego de un escándalo ya incontrolable. Antes de ella salieron a la palestra Enrique Guzmán, que se agarró de las cámaras de Ventaneando para limpiar su imagen a base de lágrimas, poco creíbles en opinión de muchos; Alejandra Guzmán dio la cara por su padre, poniendo las manos al fuego por su honorabilidad y ofreciéndole ayuda incondicional a su hija, a quien sutilmente deja en calidad de enferma al sugerir la búsqueda de “un buen terapeuta”.

El padre de la joven Frida Sofía sale también en su defensa, pero dispuesto a dar la batalla en cualquier terreno, incluido el judicial. En general, todos actuando tarde y solamente porque el asunto se hizo público; de lo contrario, seguirían jugando su papel en el teatro de la familia de famosos, triunfadores y felices.

Es respetable el deseo de la familia de que el asunto no se ventile más en los medios; yo estaría de acuerdo siempre que el colofón sea el que puso la joven Frida Sofía en su respuesta por escrito a Alejandra Guzmán: “Conmigo se rompe la cadena de silencio, la negación de abuso, el esconder (lo que no se puede)… No puedes tapar el sol con un dedo, the truth will set you free. Yo me quiero sanar y espero que tú también lo quieras hacer en un futuro no muy lejano, para que logres estar bien y con la mente clara”.

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