¿Bebidas frías o calientes para quitarte el calor? Eso dicen los expertos
Cuando las temperaturas suben y el sol arrecia, una bebida helada es la primera elección para refrescarse.
Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que decidirse por líquidos muy fríos podría no ser tan efectivo como pensamos para enfriar el cuerpo e incluso podría tener efectos contrarios y hasta dañinos.
Foto: Canva
¿Por qué las bebidas frías reducen la capacidad de enfriar el cuerpo?
Aunque inicialmente proporcionan una sensación de frescura, las bebidas frías pueden disminuir la sudoración, que es el principal mecanismo natural para disipar calor.
Según el Instituto de Ciencias del Deporte de Gatorade (GSSI), el consumo de líquidos fríos activa receptores térmicos en el abdomen que reducen la producción de sudor.
“La reducción de la temperatura central puede atenuar la respuesta de sudoración, limitando la evaporación del sudor y, por lo tanto, la liberación de calor”, detalla un artículo del GSSI.
Además, ingerir líquidos extremadamente fríos puede generar un “choque térmico”, con síntomas como:
- Dolor de cabeza
- Malestar estomacal
- Calambres
¿Tomar bebidas calientes puede ayudar?
Aunque suene contradictorio, beber líquidos calientes en climas cálidos podría ser una mejor estrategia, de acuerdo con el doctor Ollie Jay, del Laboratorio de Ergonomía Térmica de la Universidad de Sídney.
El especialista explica que las bebidas calientes aumentan la sudoración y si el sudor se evapora de forma efectiva, especialmente en ambientes secos, el cuerpo puede liberar más calor del que ganó con la bebida, reduciendo su temperatura interna.
Eso sí, en lugares húmedos donde la evaporación es más difícil, este efecto puede no ser tan beneficioso.
¿Qué tan importante es la hidratación?
La clave para enfrentar el calor no está en la temperatura extrema de las bebidas, sino en mantener una hidratación adecuada.
Lo más recomendable es optar por líquidos a temperatura ambiente o ligeramente fríos, consumidos en pequeños sorbos para evitar choques térmicos.
Escuchar las señales del cuerpo y ajustar la forma de hidratarse según el clima y las actividades diarias resulta fundamental para mantener el bienestar y regular la temperatura corporal de manera efectiva.
