'K-pop Idols', documental explora la perfección de la industria del K-pop
'K-pop Idols': documental desvela la dualidad de la perfección y diversidad en la industria del K-pop
SEÚL.- La serie documental “K-pop Idols”, que se estrenó el viernes en Apple TV+, ofrece una visión sin precedentes de la industria del K-pop, revelando tanto su implacable búsqueda de perfección como sus recientes esfuerzos por abrazar una mayor diversidad. Con una narrativa que se despliega en seis episodios, el documental sigue a la estrella coreano-estadounidense Jessi y a las bandas emergentes Cravity y Blackswan, explorando los desafíos y las presiones a las que se enfrentan estos artistas.
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El K-pop, conocido por su intrincada mezcla de voces armoniosas y coreografías meticulosamente ensayadas, es el centro de atención en esta serie. Las integrantes de Blackswan, Fatou y Nvee, describen su rutina diaria de ensayos, que puede extenderse hasta 10 horas, incluyendo intensivas sesiones de canto y danza antes de sus eventos promocionales. “La práctica extenuante comienza temprano y nunca termina,” comparten, reflejando la dedicación exigida en esta industria altamente competitiva.
El documental también destaca el riguroso sistema al que se someten los aprendices de K-pop. Antes de firmar contrato, los jóvenes talentos participan en un exhaustivo proceso de formación que incluye clases de modales, idioma, y coreografía. Según un informe de la Agencia de Contenido Creativo de Corea, en 2022 había 752 aprendices en las principales agencias de entretenimiento.
Sin embargo, “K-pop Idols” no esquiva los aspectos más oscuros de la industria. Youngheun, ex integrante de Blackswan, revela en el documental las estrictas restricciones a su vida personal, como un toque de queda que prohibía el consumo de alcohol y las citas. “Incluso teníamos que informar cuando nos estábamos arreglando las uñas o íbamos a la tienda de conveniencia frente a nuestra casa,” recuerda. La presión se extiende también a la dieta de los artistas, con Gabi de Blackswan mostrando su estricto régimen alimenticio y Wonjin de Cravity relatando su experiencia de pérdida de peso bajo presión extrema, incluyendo una dieta que limitaba su consumo a solo un huevo al día.
Bradley Cramp, uno de los productores ejecutivos del documental, señala que tales prácticas no son exclusivas del K-pop, sino que se encuentran en diversas industrias competitivas. Sin embargo, la serie subraya cómo estas restricciones afectan profundamente a los artistas, quienes deben lidiar con las exigencias físicas y emocionales de su carrera.
Un aspecto crucial del documental es la exploración de la diversidad en el K-pop. Con el éxito internacional de BTS, los sellos discográficos han comenzado a reclutar talentos extranjeros, lo que presenta desafíos adicionales. Yoon Deung Ryong, fundador del sello DR Music de Blackswan, enfrenta conflictos internos y tensiones entre miembros del grupo, exacerbadas por enfrentamientos en línea entre fanáticos.
La serie también plantea preguntas sobre la esencia del K-pop en un contexto globalizado. Hyeongjun de Cravity se pregunta si los artistas extranjeros que cantan en otros idiomas aún pueden considerarse parte del K-pop, mientras que Cramp resalta cómo las redes sociales han transformado la relación entre las estrellas y sus seguidores, creando una “relación simbiótica” que obliga a los artistas a vivir bajo un constante escrutinio.
“K-pop Idols” ofrece una mirada profunda a una industria que sigue evolucionando, mostrando tanto la presión por alcanzar la perfección como los esfuerzos por incorporar una mayor diversidad. Con su enfoque en los desafíos y las realidades del K-pop, la serie invita a los espectadores a reflexionar sobre el precio de la fama y la autenticidad en un mundo donde la imagen a menudo eclipsa la humanidad.