¿Cuáles son las consecuencias emocionales de los linchamientos?
MÉRIDA, Yucatán. - La noche del 27 de enero, el municipio de Tekit fue sacudido por un hecho que marcará su historia y la del resto de Yucatán; un joven de 21 años, apodado “el güero”, dio muerte a una mujer.
Pero el asesinato de la mujer no fue el único que presenció la comunidad aquella noche. Más tarde, la población hizo justicia por mano propia: el “güero” fue acorralado y quemado vivo por los habitantes. Esa noche, Tekit registró un linchamiento que alcanzó los titulares de medios internacionales.
De acuerdo con el investigador y sociólogo Ricardo López Santillas y la doctora en psicología Fátima Flores Palacios, las secuelas de este suceso apenas comienzan a mostrarse, y las principales víctimas son las infancias que fueron expuestas al linchamiento.
¿Cuáles son las consecuencias sociales del linchamiento en Tekit?
El sociólogo e investigador del Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales (CEPHCIS) Ricardo López Santillán calificó de horroroso y escalofriante el linchamiento, hecho que expuso a las infancias a ese nivel de violencia, por lo que recalcó que el sentimiento de culpa estará presente en la comunidad.
“Me alarma el hecho de que hayan expuesto a las infancias a esos horrores, a ese nivel de violencia y con el dramatismo que llevaba. Es algo que se vive con todos los sentidos, lo ves, lo escuchas y lo hueles”, dijo.
El investigador comentó que una consecuencia inmediata es que la comunidad de Tekit permanecerá fragmentada entre los que participaron y presenciaron el acontecimiento y quienes tuvieron la prudencia de retirarse del sitio.
Reiteró que en la comunidad prevalecerá el trauma, el temor, la vergüenza, pero sobre todo la culpa.
“Hablamos de una población traumatizada por haber presenciado un hecho grotesco y una infancia que necesita atención profesional para que bajo ninguna circunstancia normalicen los horrores; esas son las consecuencias sociales”.
¿Cuáles son las consecuencias psicológicas del linchamiento de Tekit?
Fátima Flores Palacios, profesora investigadora del CEPHCIS, coincidió en que las principales consecuencias psicológicas son una desproporcionada carga de culpa en la población que presenció el hecho y la afectación para las infancias que fueron expuestas.
“En los niños que presenciaron la violencia, cognitivamente esta ya ocupa un espacio en su sistema de conocimiento social, en donde se naturaliza la violencia a muy temprana edad, y luego es muy fácil que comentan actos de violencia”, precisó.
La doctora señaló que este hecho dejará huella y trastoca los valores del menor, además de que el registro en la memoria es fácilmente repetitivo, sobre todo porque lo asocian con que se hizo justicia.
“Esos pequeños van a crecer en una subjetividad en donde la violencia forma parte de sus propias defensas y no importa quién ni de qué se trate, van a sentir la violencia como si fuera justicia. Los podemos salvar, pero necesitamos trabajar con ellos”, explicó.
¿Las autoridades reconocen estas consecuencias?
El gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, ha expresado públicamente su preocupación por la problemática socioemocional de la comunidad tekiteña, especialmente de las infancias.
“Se visitaron todas las escuelas de ese municipio, ahí se hizo un estudio psicoemocional de los alumnos para medir no solo el impacto que pudo haber tenido el hecho, sino otros indicadores que pudieran dar un panorama claro de lo que pasa en la comunidad", declaró el 12 de febrero pasado.
Agregpo en esa ocasión que "todos queremos trabajar en Tekit y ayudar a su población, sobre todo a niños y jóvenes a superar este momento”.
Díaz Mena se comprometió a contratar psiquiatras en los hospitales de segundo nivel en las distintas regiones de la entidad, para que se puedan canalizar los casos de depresión que requieren medicamento y acompañamiento.
