Niños y jóvenes yucatecos destacan como promesas de la música clásica
A temprana edad, con el mismo ímpetu con el que otros sueñan con ser futbolistas o astronautas, decenas de niñas, niños y adolescentes yucatecos afinan su talento entre partituras, violines y pianos.
Con el respaldo de sus familias y maestros, hoy muchas de estas promesas de la música clásica ya comienzan a abrirse paso en escenarios locales.
Desde Mérida hasta municipios del interior del estado como Tizimín y Valladolid, se gesta una nueva generación de músicos formados en la disciplina, la pasión y el virtuosismo que exige la música de concierto.
¿Qué impulsa a los niños yucatecos a interesarse por la música clásica?
Contrario a lo que se podría pensar, el amor por la música clásica no es exclusivo de adultos ni de élites. En Yucatán, se ha fortalecido una red de jóvenes que acercan la música a la infancia, informó la maestra Alba Magaña.
Claro que hay talento, muchísimo talento. Estamos presentando a dos orquestas. Algunos chicos tienen algunas divergencias, y otros son niños que no tienen ninguna situación especial. Esta es una semilla que se está sembrando en los municipios donde no hay música de cuerdas.
Alba Magaña - Maestra
¿Cómo influye el entorno familiar y educativo en su formación?
Detrás de cada joven prodigio suele haber un entorno que lo respalda, padres y madres que ajustan horarios, llevan a sus hijos a ensayos, compran instrumentos o incluso los acompañan a concursos en otros estados.
También hay docentes comprometidos que no solo enseñan técnica, sino que cultivan en ellos el amor por el arte.
El apoyo de los padres es fundamental. Hay algunos niños que lo traen innato, como Dante, que es increíble cómo toca a su edad lo que muchos no tocábamos así a esa edad. Entonces, creo que es un niño con bastante potencial.
Alba Magaña - Maestra
¿Qué retos enfrentan estos talentos para continuar?
En el Centro Cultural ProHispen se realizó un concierto sinfónico donde los niños y jóvenes demostraron su talento.
Sin embargo, aunque el talento abunda, la falta de recursos, instrumentos adecuados y espacios de práctica sigue siendo un obstáculo para muchos.
Todo lo que se utilizó para el concierto fue de forma independiente. No tenemos ningún tipo de apoyo gubernamental hasta el momento, y todo se ha hecho convocando a los alumnos, buscando espacios para los programas, y vendiendo boletos, incluso para contar con los maestros de la orquesta sinfónica, con el honor de tener personas de otros países de Europa.
Alba Magaña - Maestra
Lo que estos niños y jóvenes están construyendo con cada nota, ensayo y presentación es mucho más que una carrera musical: están escribiendo una nueva historia cultural para Yucatán.
Una donde el talento florece en cada rincón del estado, sin importar el origen o los recursos, y donde la música clásica se convierte en un puente para soñar, crecer y transformar realidades.
Porque detrás de cada acorde está el eco de un sueño que apenas comienza. Y si algo queda claro, es que el futuro de la música clásica en Yucatán ya empezó a sonar… y suena fuerte.