¡De la Merced para el mundo!, así nació el cacahuate japonés
Los has probado con salsa y limón, pero ¿Sabías que el cacahuate japonés es chilango y está muy relacionado con la Segunda Guerra Mundial y a la música?

CIUDAD DE MÉXICO.- Una de las botanas consentidas de los chilangos, además de los esquites, más si son de estos lugares donde podrás probar los mejores, sin duda son los cacahuates japoneses.
¿Quién no los ha probado con salsa y limón?, creo que todos, pero te apuesto a que no sabías que tienen su origen en uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de México, nada más y nada menos que en La Merced. Además, están muy relacionados con la Segunda Guerra Mundial y la música.
Quédate que aquí te contamos todo acerca de su historia para que la próxima vez que disfrutes de esta botana lo hagas sabiendo su deliciosa historia.
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¿Cuál es la historia detrás de cacahuate japonés?
Para entender el origen de tan exquisito alimento, debemos viajar a Sumoto, Japón, donde nació en 1910 Yoshihei Nakatani, el cuarto hijo del matrimonio conformado por Kihei Nakatani e Izo Moriguchi. La pareja en total tuvo seis hijos y vivieron con carencias.
En su infancia, Yoshihei ejerció diferentes oficios junto a su familia, incluso trabajó en una dulcería japonesa; hasta que cumplió 21 años, cuando intentó ingresar al ejército, sin éxito.
Ante este rechazo y buscando mejores oportunidades, el 26 de noviembre de 1932, Nakatani llegó junto a otras 12 personas al puerto de Manzanillo, Colima, en México para incorporarse a una fábrica llamada "El Botón Japonés" que buscaba a 13 técnicos en la elaboración de botones de concha nácar.
Al principio Yoshihei sufrió debido al choque cultural, pero poco después de su llegada conoció a Emma Ávila, con quién iniciaría una relación que no fue aprobada por la familia de la joven, debido a las diferencias religiosas, por lo que decidieron escapar y luego de varios años de relación y tras ser bautizado como católico en 1935, la pareja se casó.
¿Cómo nació el cacahuate japonés?
Debido a la crisis económica que dejó la Segunda Guerra Mundial, en 1942, la aparición de los botones de plástico y la deportación de su jefe, "El Botón Japonés" cerró dejando a Yoshihei Nakatani sin empleo, por lo que la pareja decidió emprender un negocio de dulces inspirados en la infancia de Yoshihei en Japón.
El nuevo negocio familiar inició en el cuarto de vecindad donde vivía la pareja con una botana llamada oranda que era elaborada con harina y sal, luego comenzaron la producción de muéganos, siendo todo un éxito y dando pie a otro tipo de frituras.
¿Qué pasó después del éxito del negocio de Yoshihei Nakatani?
Ante el éxito se abrió un local en el Mercado de La Merced, donde se alberga una casa de más de 400 años, y decidió crear un dulce que le recordará su tierra natal, un producto hecho a base de cacahuate, harina de trigo y salsa de soja, que los clientes nombraron cacahuate japonés.
Conforme avanzaba al negocio familiar decidieron nombrarlo "Productor Nipón" en honor a Japón, además inventaban maneras de aumentar y facilitar la producción de cacahuates.
Al ser un negocio familiar, los seis hijos de la pareja también trabajar aquí, ellos se encargaban de hacer la masa de los cacahuates, manipular las máquinas y empaquetarlos en bolsas de celofán que tenían de logo una geisha. La marca quedó registrada de manera oficial en 1977.
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¿Cómo se relaciona el cacahuate japonés con la Segunda Guerra Mundial?
Si pensabas que la historia ya había terminado, pues no, como te mencionamos esta botana está fuertemente relacionada con la Segunda Guerra Mundial y no precisamente por la crisis que dejó sin trabajo a Nakatani, seguramente conoces los cacahuates "Nishikawa", pues aquí comienza su historia.
Tenzo Nishikawa oriundo de Kumamoto, Japón, llegó en 1928 a Mexicali, Baja California, donde conoció a quien sería su esposa, una mujer llamada Yonemoto originaría de Hiroshima y con quien tendría cuatro hijos.
Luego del ataque a Pearl Harbor, la familia se trasladó a Zumpango, donde se instalaron en un terreno prestado y dónde el señor Nishikawa trabajó como jardinero para el señor Matsumoto hasta que finalizó la Segunda Guerra Mundial.
Poco después de esto, el señor Nishikawa decidió abrir su propio negocio, de cacahuates, que fusionaba las culturas japonesa y mexicana, y es así que en 1957 se crean los cacahuates Nishikawa que conocemos hoy en día, siendo Nishikawes la primera marca de cacahuates japoneses registrada en México.
¿Qué pasó con la receta de Yoshihei Nakatani?
Tú pensarás que ante el éxito de "Productos Nipón" Yoshihei Nakatani se volvió millonario, pues lamentó informarte que no, debido a que nunca patento la receta, por lo que hay otros marcas muy conocidas que venden el producto, y desde 2017 la marca fue comprada por "La Costeña".
Aunque no registró su innovación, Nakatani logró volver a Japón junto a su esposa en 1970 gracias a que su hijo Armando le regaló un boleto de avión, de esa manera logró cumplir una promesa que le había hecho a sus padres, volver una vez que fuera exitoso, tristemente ellos ya habían fallecido.
¿Cómo se relaciona la música en México con el cacahuates japonés?
Durante el matrimonio de Yoshihei Nakatani y Emma Ávila tuvieron 12 hijos, pero solo lograron sobrevivir seis, uno de esos hijos es Gustavo Nakatani Ávila, o más conocido como Yoshio, un cantante de la década de los 70, 80 que ganó el Festival OTI en 1981 con el tema "Lo que pasó, pasó".
De acuerdo con declaraciones del cantante, a los 18 años dejó la escuela para seguir su sueño en la música, sueño que fue apoyado por sus padres, pues Nakatani tenía él, mismo tenía el sueño.
Yoshio fue una de las víctimas mortales de la pandemia de COVID-19, falleció a los 70 años el 13 de mayo de 2020 en el Hospital Xoco (dónde hace poco hospitalizaron a un grupo de niños por intoxicación en una casa de Tlalpan).
Los cacahuates japoneses son parte fundamental de las fiestas, los maratones de películas o simplemente para botanear, por eso seguramente la próxima vez que los comas lo harás con orgulloso de conocer sobre su origen chilango, por cierto, en Japón los llaman cacahuates mexicanos. ¿Qué ironía no?
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