Lo mejor de la información de México y el mundo
Facebook POSTAX POSTAInstagram POSTAYoutube POSTATikTok POSTA
CDMX

Estas son las candidatas de CDMX más controversiales a ministras de la SCJN

Las candidatas a Ministras de la SCJN, deben estar bajo escrutinio público, es por eso que aquí, analizamos a 3 mujeres originarias de la CDMX que han generado controversia en este proceso electoral.

Candidatas de CDMX a Ministras de la SCJN.    Foto: SCJN | X (@jazminbonillamx) | X (@cynthiaaor_) | X (Estela Rios)
Candidatas de CDMX a Ministras de la SCJN. Foto: SCJN | X (@jazminbonillamx) | X (@cynthiaaor_) | X (Estela Rios)

Publicado el

Por: Marco Delgadillo

El próximo 1 de junio de 2025 se llevará a cabo el Proceso Electoral Extraordinario 2024-2025, un ejercicio democrático sin precedentes que pondrá en manos del pueblo la elección de Ministros y Ministras de la SCJN, entre otros cargos del Poder Judicial de la Federación.

La SCJN no es solo un tribunal; es la última instancia en la protección de los derechos constitucionales y humanos. Quienes la integran toman decisiones que impactan directamente en temas como libertad de expresión, equidad de género, derechos laborales, y acceso a la justicia.

Por ello, entender quiénes son las y los candidatos es más que un ejercicio de información: es un deber ciudadano.

¿Por qué este proceso electoral es tan importante para el futuro judicial de México?

El modelo tradicional de designación de Ministros de la SCJN ha estado en manos del Poder Ejecutivo y el Senado, un esquema que por años ha sido criticado por su opacidad, favoritismos políticos y falta de participación ciudadana.

Con este nuevo proceso, el país se enfrenta al desafío y la oportunidad de democratizar el acceso a uno de los órganos más poderosos de la república.

Sin embargo, esta innovación también trae consigo riesgos: la posibilidad de que candidaturas mediáticas, sin preparación judicial, se impongan por popularidad o intereses partidistas.

Con una boleta que incluirá 64 aspirantes a los 9 puestos disponibles en la SCJN, la saturación de nombres y la falta de mecanismos eficaces de difusión han complicado que la ciudadanía conozca con profundidad a cada perfil.

La transparencia, la trayectoria profesional, y la ética de quienes buscan ocupar estos cargos deben estar bajo escrutinio público, más aún cuando se trata de perfiles que generan polémica o despiertan dudas sobre su imparcialidad, preparación o intereses personales.

Es por eso que aquí, analizamos a tres candidatas originarias de la CDMX que han generado controversia en este proceso electoral.

¿Quién es Jazmín Bonilla García, la candidata elegida por los tres comités de evaluación?

Jazmín Bonilla García se ha consolidado como uno de los perfiles más fuertes y sólidos en la contienda por uno de los nueve espacios disponibles en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Su candidatura destaca no solo por su experiencia judicial, sino porque fue la única aspirante validada por los tres comités de evaluación del proceso: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Esa validación triple no es menor, sobre todo en un contexto donde la legitimidad de las decisiones institucionales está constantemente en entredicho.

Con más de dos décadas de trayectoria en el Poder Judicial de la Federación, Bonilla ha recorrido el camino desde una oficial administrativa hasta su actual cargo como magistrada de circuito comisionada en la SCJN.

Es Licenciada y Doctora en Derecho por la Universidad Panamericana, con una maestría en Derechos Humanos por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Además, su labor académica refuerza su perfil técnico: ha sido docente en diversas instituciones en temas como amparo, sentencias y ejecución.

No obstante, su discurso, centrado en humanizar la justicia, “los expedientes no son papeles, son personas”, y su interés por la celeridad en la resolución de casos, muestran un enfoque sensible y comprometido con el acceso efectivo a la justicia.

¿Será posible combinar trayectoria técnica con una visión empática de la ley en un entorno tan politizado? Esa es la gran interrogante que su eventual llegada a la Corte pondrá a prueba.

¿Quién es Cynthia Ortiz Monroy, la candidata más joven a Ministra de la SCJN?

Con tan solo 27 años, Cynthia Ortiz Monroy es la candidata más joven a ocupar una silla en la SCJN, ocupa el número 23 de la boleta de candidatas y candidatos a ministros de la SCJN, es Licenciada en Derecho por la Universidad Anáhuac, México Norte, además se encuentra estudiando la Licenciatura en Relaciones Internacionales en el sistema abierto de la Universidad Autónoma de México (UNAM).

Su perfil rompe completamente con el promedio de edad que históricamente ha caracterizado a los ministros y ministras del máximo tribunal, la mayoría con más de 50 años y décadas de carrera judicial a sus espaldas.

Esa diferencia de edad, que para muchos representa una desventaja, ella la convierte en bandera. Ortiz Monroy no oculta que carece de una carrera dentro del Poder Judicial. Tampoco lo ve como un defecto.

Para ella, lo relevante no es haber escalado en la burocracia judicial, sino tener convicciones políticas claras, especialmente en materia de género y justicia social.

¿Pero por qué es realmente controversial? No solo por su edad o su falta de carrera judicial, sino por lo que representa: una ruptura del elitismo jurídico, una crítica frontal al sistema que históricamente ha excluido a las voces más jóvenes y con enfoque comunitario.

Para sus detractores, su candidatura carece de los méritos técnicos necesarios. Para sus simpatizantes, es una oportunidad para oxigenar una Corte que necesita, más que nunca, nuevas miradas.

¿María Estela Ríos podrá desligarse de su cercanía con el poder?

María Estela Ríos tiene un extenso currículum en el sector público, pero no en el judicial. Su candidatura ha provocado fuertes reacciones, sobre todo por su pasado como consejera jurídica del expresidente Andrés Manuel López Obrador, un cargo de alta confianza desde el cual coordinó reformas legales, decretos expropiatorios y acciones de inconstitucionalidad en nombre del Ejecutivo.

Su cercanía al proyecto político de la Cuarta Transformación (4T) ha encendido alertas sobre su independencia judicial.

Ríos insiste en que nunca ha sido militante de ningún partido político y se define ideológicamente como una persona de izquierda. Su afinidad ideológica con los principios del actual gobierno, sin embargo, ha hecho que muchos sectores duden de su imparcialidad si llegara a formar parte de la Suprema Corte.

Las críticas apuntan a que su posible llegada podría significar una alineación automática con los intereses del Ejecutivo, debilitando el principio de separación de poderes.

Otro punto que alimenta la controversia es que, a diferencia de otros perfiles en la contienda, Ríos no ha tenido una carrera en tribunales ni ha escalado dentro del Poder Judicial.

Su experiencia se ha centrado en tareas legislativas, políticas y administrativas. Aunque es egresada con mención honorífica de la Licenciatura en Derecho de la UNAM y cuenta con estudios en ciencias políticas y derecho laboral, además de ser Maestra Derecho Laboral, el hecho de no haber ejercido desde una trinchera judicial pesa en su contra.

¿Puede una persona tan cercana al poder garantizar la independencia del máximo tribunal? Esa es la pregunta clave que su candidatura pone sobre la mesa.

¿Son estas candidatas a Ministras de la SCJN una opción para la justicia en México?

Las candidaturas de Jazmín Bonilla García, Cynthia Ortiz Monroy y María Estela Ríos representan tres visiones muy distintas y por momentos contrapuestas de lo que podría ser la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En un contexto donde el Poder Judicial enfrenta fuertes cuestionamientos por su desconexión con la ciudadanía, por su falta de transparencia y por su aparente lejanía con los sectores más vulnerables, la llegada de nuevas ministras podría redefinir no solo la forma en que se interpreta la Constitución, sino también cómo se entiende la justicia en México.

Pero también están en juego los equilibrios de poder. Una Corte demasiado técnica podría volverse insensible a las desigualdades sociales; una Corte excesivamente politizada, podría dejar de ser contrapeso del Ejecutivo; y una Corte que se incline hacia el activismo sin sustento jurídico, podría perder legitimidad ante los propios tribunales.

Por ello, este proceso electoral histórico no debe ser entendido como una simple renovación de cargos, sino como una reconfiguración profunda del sistema judicial mexicano. Las y los votantes tienen en sus manos una responsabilidad inédita: elegir no solo a quienes portarán la toga, sino a quienes decidirán el futuro legal, político y social del país.

Síguenos en Google News
Noticias Relacionadas