Pasión de Cristo en Iztapalapa: el origen e historia de esta celebración en CDMX
Cada Semana Santa, Iztapalapa revive la Pasión de Cristo en una tradición que nació tras una epidemia en 1833 y que hoy reúne a millones.

Cada año, durante Semana Santa, el Viacrucis de Iztapalapa transforma las calles del oriente de la Ciudad de México en un escenario de devoción, cultura y tradición.
Esta representación no solo es una de las más grandes de América Latina, sino que también guarda una profunda historia marcada por la fe y el compromiso comunitario que inició en el siglo XIX.
Para este año, autoridades de la Alcaldía Iztapalapa y Gobierno de la CDMX, reportan todo listo para la celebración de la 182ª representación de la Pasión de Cristo.
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¿Cuál es el origen del Viacrucis de Semana Santa en Iztapalapa CDMX?
La historia del Viacrucis de Iztapalapa se remonta al año 1833, cuando una fuerte epidemia de cólera morbus golpeó a la región. En un acto de desesperación y fe, los pobladores organizaron una procesión religiosa, pidiendo por el fin de la enfermedad.
Durante esa procesión, llevaron en andas al Señor de la Cuevita, una imagen de Cristo que se resguarda en una pequeña ermita en el Cerro de la Estrella.
Según la tradición oral, poco después de esa manifestación de fe, los casos de cólera comenzaron a disminuir. El suceso fue interpretado como un milagro, y los vecinos hicieron un voto: realizar cada año una representación de la Pasión de Cristo en agradecimiento.
¿Cómo ha evolucionado el Viacrucis de Semana Santa en Iztapalapa CDMX?
En sus inicios, durante el Siglo XlX el Viacrucis consistía en una procesión sencilla, centrada en rezos y caminatas simbólicas, sin dramatizaciones ni escenografías teatrales.
A partir de los años 1920, comenzaron las primeras representaciones dramáticas, incorporando actores locales para dar vida a los personajes bíblicos.
Con el paso de las décadas, especialmente en los años 70 y 80, la representación se volvió más elaborada, con vestuarios, escenarios móviles y una organización comunitaria sólida.
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¿Cómo es el Viacrucis ahora en la Semana Santa en Iztapalapa CDMX?
En 2012, el Gobierno de la Ciudad de México reconoció la representación como Patrimonio Cultural Intangible, dada su importancia como tradición comunitaria viva.
En la actualidad, el Viacrucis de Iztapalapa es un evento de escala monumental:
- Participan más de 5,000 actores y voluntarios.
- Reúne a hasta 2 millones de asistentes en las calles.
- Es transmitido por televisión nacional e internet.
- La organización corre a cargo del Comité Organizador de Semana Santa en Iztapalapa (COSSIAC).
Cada escena es cuidadosamente ensayada y dramatizada por actores locales, todos habitantes de los barrios originarios de Iztapalapa, quienes se preparan durante meses para mantener viva esta expresión de fe, historia y comunidad.
El Viacrucis en Iztapalapa trasciende la mera representación religiosa, constituyéndose en una poderosa manifestación de identidad barrial.
La tradición, celosamente custodiada y transmitida de generación en generación, recae en la responsabilidad de los ocho barrios originarios de Iztapalapa: San Lucas, San Pablo, San Pedro, San José, Santa Bárbara, San Ignacio, San Miguel y La Asunción.
Estos barrios no solo organizan y representan el evento, sino que también salvaguardan su autenticidad y significado cultural, convirtiéndolo en un elemento esencial de su patrimonio colectivo.
Para este año, las actividades de la Pasión de Cristo ya han sido anunciadas por las autoridades y se espera la participación de 8 mil 300 personas, incluyendo 3 mil actores y 4 mil nazarenos.
Otros datos a considerar sobre esta celebración religiosa en Iztapalapa
Los escenarios del Viacrucis de Iztapalapa son fundamentales tanto para la narrativa religiosa como para la experiencia comunitaria.
El punto culminante de la representación ocurre en el Cerro de la Estrella, donde se escenifica la crucifixión de Jesús ante miles de espectadores. Este lugar, además de su simbolismo religioso, es un ícono del evento por su visibilidad y carga histórica.
Otro sitio clave es La Cuevita, una pequeña ermita donde se venera al Señor de la Cuevita, la imagen milagrosa que, según la tradición, protegió a los habitantes durante la epidemia de cólera en 1833.
A lo largo de la representación, las calles de Iztapalapa se transforman en una Jerusalén simbólica, dando vida a este acontecimiento histórico que los capitalinos han adaptado a su cultura.
Cada esquina, avenida y plaza se convierte en parte del recorrido de Cristo hacia el calvario, con estaciones perfectamente señaladas que marcan los momentos más importantes de la Pasión.
El Viacrucis de Iztapalapa no solo es un acto de fe, sino un testimonio vivo de historia, resistencia comunitaria y cultura popular que sigue emocionando a millones cada año.
Recuerda, cada año los días de la Semana Santa cambian y para este 2025, todo comenzará desde mediados del mes de abril.
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