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Internacional

COVID-19: de la emergencia a la nueva realidad en el mundo, 5 años después

En marzo de 2020, la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia, la cual, desde entonces, ha provocado millones de muertes

COVID-19 y médicos transportando a una persona. Foto: Canva / IMSS
COVID-19 y médicos transportando a una persona. Foto: Canva / IMSS

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Por: Jesús Morales

CIUDAD DE MÉXICO.- Poco menos de tres meses después de que la humanidad tuviera conocimiento sobre un contagio en la ciudad de Wuhan, en China, el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al COVID-19 como una pandemia, luego de que se confirmara su presencia en más de un centenar de países.

A cinco años de ese momento definitorio para la década de los 2020, aquí hacemos memoria sobre un momento en el que el mundo inevitablemente cambió; ya no solo por las cuarentenas y confinamientos, sino por sus consecuencias económicas y los millones de muertes que esta enfermedad ha cobrado.

¿Qué es el COVID-19?

El COVID-19 es una enfermedad causada por el SARS-CoV-2; una abreviatura de severe acute respiratory syndrome coronavirus 2, que en español significa “coronavirus de tipo 2 causante del síndrome respiratorio agudo severo.”

Este patógeno forma parte de los coronavirus (CoV), los cuales forman parte de un extenso grupo de virus, cuyo nombre es tomado por las proyecciones de las proteínas de su cápsula, también llamadas “picos”, y su aspecto es similar al de una corona solar.

SARS-CoV-2, representación. Foto: OMS

SARS-CoV-2, representación. Foto: OMS

Más allá de ello, este tipo de virus suelen infectar el tracto respiratorio superior humano, lo que provoca sintomatología similar a la gripe, que frecuentemente suelen aparecer en invierno. 

Los CoV, que se dividen en cuatro géneros:  alfa, beta, gamma y delta, tienen un  origen zoonótico, pues estos esto infectan a distintas especies animales, causando infección respiratoria o, incluso intestinal. Particularmente, la alfa y beta se transmite en humanos, así como en animales domésticos, murciélagos y ganado vacuno.

Teniendo esto en cuenta, no se trataba de una enfermedad completamente desconocida para la ciencia. Como ejemplo de ello, desde la década de 1930 se identificó al CoV como causante de infecciones respiratorias en aves de corral. Más adelante, en 1965, se reconoció que este era causante del 15 al 30% del catarro en humanos

Sin embargo, casos previos a infecciones graves similares al COVID-19, tuvieron lugar en 2002 en Guangdong, al sur de China, a cuya enfermedad se le llamó SARS-CoV, la cual infectó alrededor de 8000 personas en 28 países, con una mortalidad cercana al 10%.

Asimismo, en 2012, surgió el MERS-CoV, con un brote que se focalizó en Arabia Saudí, pero que también tuvo presencia en varios países de Medio Oriente, infectando a cerca de 2500 personas y, según la OMS, el 35% de los pacientes que le fueron notificados fallecieron. 

¿Cómo es que la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia?

Los indicios más remotos sobre este contagio, se datan de una nota dentro del periódico chino, South China Morning Post, del 13 de marzo de 2020, afirmó que las autoridades de China sugirieron que la primer persona contagiada del SARS-CoV-2, fue un hombre de 55 años, quien vivía en la provincia de Hubei y se infectó el 17 de noviembre de 2019.

Luego de esto, un estudio publicado el 24 de enero de 2020 en la revista británica, The Lancet, que se realizó por 29 investigadores de China, afirmó que de los 41 primeros pacientes hospitalizados por COVID-19, uno de ellos comenzó a tener síntomas el 1 de diciembre, así como que no estaba ligado al mercado de Wuhan.

Asimismo, el 4 mayo de 2020, Yves Cohen, médico francés responsable de cuidados intensivos en dos hospitales de Francia, afirmó haber tratado a un hombre de 53 años con COVID-19, quien fue ingresado el 27 de diciembre de 2019 en un hospital de Avicenne, cosa que confirmó tras pruebas PCR hechas meses después.

Pese a todos estos indicios, a mitades de diciembre de 2019, se detectaron los primeros casos de una desconocida y nueva enfermedad en hospitales de Wuhan, la cual originalmente se diagnosticó como una neumonía de origen desconocido, cuyos primeros casos de dieron alrededor del Mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan.

Mercado mayorista de mariscos de Huanan en marzo de 2020. Foto: China News Service/?????

Mercado mayorista de mariscos de Huanan en marzo de 2020. Foto: China News Service/?????

Tal información se haría de una difusión más extensa cuando, el 30 de diciembre de 2019, se filtró un informe de la  jefa del Departamento de Emergencias del Hospital Central de Wuhan, quien había recibido una prueba de laboratorio del Capital Bio Medicals en Pekín, en el que confirmó que el virus causante era SARS-CoV

Tal informe, lo envío a sus colegas por la aplicación de mensajería instantánea, WeChat, lo cual termino siendo difundido en China. Ese mismo día, persona de la Comisión Nacional de Salud de China arribó a Wuhan, para enviar muestras pulmonares a laboratorios estatales en en Wuhan y Pekín, a fin de secuenciar el virus.

Asimismo, ese día la omisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan inició una investigación sobre la supuesta neumonía, a la vez de emitir un aviso de emergencia.

En medio de la difusión de la información, Marjorie Pollack, epidemióloga y entonces editora adjunta de ProMed-mail, organización que alerta sobre brotes de enfermedades, alertó a cerca de 80 mil suscriptores sobre la situación que ocurría en China.

Fue así que el 31 de diciembre, las autoridades de China le reportaron a la OMS que tenían el conocimiento de 27 personas (siete en estado crítico), con una neumonía causada de forma desconocida, la cual no podían confirmar su la transmisión había ocurrido de persona a persona.

Cabe mencionar que, según el South China Morning Post, en una nota publicada en marzo de 2020, en aquel momento, y según datos de autoridades chinas, habían 266 personas contagiadas.

A partir de este día,  Hong Kong, Macao y Taiwán comenzaron a intensificar su vigilancia en fronteras.  Luego de ello, el 1 de enero, el mercado de Wuhan, conocido como lugar de contagio, fue clausurado para desinfectarse. 

El 5 de enero, un laboratorio en Shanghái, dirigido por Zhang Yongzhen, pudo secuenciar el virus, con el que confirmaron que se trataba d aun nuevo virus, similar al SARS-CoV. Para ese momento, el número de casos sospechosos incrementó a 59, todos puestos en cuarentena.

Por su parte, el 6 de enero, Estados Unidos, a través de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, emitió una alerta de viaje a la ciudad de Wuhan, China. Tras ello, el 7 de enero China dio a conocer que había logrado aislar el nuevo coronavirus, cuya secuenciación fue publicada el 12 de enero.

Luego, el 9 de enero, la OMS confirmó haber aislado un nuevo tipo de coronavirus en una persona hospitalizada. Entre este día y el 11 de enero, confirmó la primer muerte a causa de este virus, sobre un hombre de 61 años, quien era cliente regular del mercado de Wuhan.

El 10 de enero, investigadores de la Universidad de Fudan, Shanghái, publicaron la  secuenciación genética de este nuevo coronavirus y señalaron que estaba vinculado con la familia del SARS.

El 13 de enero, se conoció el primer caso de contagio fuera de China, localizado en Tailandia, sobre una mujer china residente de Wuhan, que no había estado en el mercado donde se originó el brote, pero sí en otros mercados.

El 15 de enero, además de registrarse la muerte de una segunda persona por el virus, un hombre d 69 años, la OMS dio a conocer un protocolo para el diagnóstico del que entonces se llamaba 2019-nCoV.

El 16 de enero, Japón confirmó el contagio de una persona china, quien había sido ingresada en un hospital entre el 10 y 15 de enero, la cual tampoco había visitado el mercado de Wuhan.

El 17 de enero, China señaló que el número de casos confirmados había ascendido a 45 personas. El 19 de enero, los casos se elevaron a a 201 personas infectadas en tres países, tras 136 nievas infecciones confinadas en Wuhan, más tres decesos. 

El 22 de enero, la OMS, tras una reunión en Ginebra, Suiza, con su Comité de Emergencia por Neumonía, anunció que, aunque el virus no era una emergencia internacional, esta sí lo era para China.

El 24 de enero, Francia dio a conocer que tenían confirmados sus primeros dos casos del virus, siendo los primeros oficialmente detectados en Europa. Al día siguiente, el 25 de enero, Australia reportó sus cuatro primeros casos, lo que fueron los primeros brotes en Oceanía.

Ese mismo 25 de enero, China restringió los viajes, a 18 ciudades, a la provincia de Hubei, donde se encuentra Wuhan, a fin de evitar que se propague el virus

El 30 de enero, la OMSE declaró que el nuevo virus se trataba de una emergencia de salud pública mundial. Por su parte, el Departamento de Estado de EEUU advirtió a sus ciudadanos a no viajar a China, mientras que Israel canceló sus vuelos directos hacia ese país.

El 2 de febrero, en Filipinas se reportó la primer muerte de una persona, fuera de China, por causa del nuevo virus. El 11 de febrero, la OMS dio a conocer que el nombre oficial para este nueva enfermedad era COVID-19.

El 21 de febrero, la Comisión Nacional de Sanidad de China aseguró que el contagio en su país se encontraba “bajo control”, mientras que la situación se encontraba “mejorando” al poder reducir las cifras de nuevos contagios y nuevas muertes.

El 25 de febrero, el Ministerio de Salud de Brasil confirmó el primer caso de COVID-18 en su país, a la vez del primero en América Latina, a través de un hombre de 61 años.

El 27 de febrero, la Secretaría de Salud de México confirmó el primer caso de COVID-19 en el país. Para ese día, a nivel mundial se contabilizaban 82 294 casos en todo el mundo, 746 fuera de China.

El 3 de marzo, la OMS publicó su Plan estratégico de preparación y respuesta de la comunidad internacional, a fin de ofrecer una estrategia sanitaria a Estados con sistemas de salud endebles.

El 4 de marzo, Italia decide cerrar todas sus escuelas, así como la asistencia a eventos deportivos. El 7 de marzo, Argentina reporta la primera muerte de COVID-19 en América Latina.

El 9 de marzo, Giuseppe Conte, entonces primer ministro de Italia, anuncia las medidas de aislamiento total para su país por el COVID-19, mientras que en España se deciden cerrar escuelas, a la vez de la implementación del trabajo a distancia.

De esta forma, se llegó al 11 de marzo, cuando el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, informó que el COVID-19 sería calificado como una pandemia, luego de que en las últimas semanas previas se multiplicara por 13 los casos fuera de China, con más de 118 000 caso en 114 países y 4291 personas muertas.

¿Cuál es el origen del COVID-19?

Una de las mayores interrogantes que hasta el día hoy existen sobre el COVID-19 es su origen, tal como lo recoge el estudio “¿Qué sabemos del origen del COVID-19 tres años después?”, publicado el 9 de marzo de 2023, que confronta dos teorías sobre si su procedencia: zoonótico o como escape del laboratorio de alta bioseguridad en Wuhan.

En este, el resultado no es conclusivo pues, por un lado, señala que estudios iniciales sobre el primer genoma del COVID-19 fue comparado con el CoV del murciélago, el cual llegó a un 96.2% de similitud, sin obtener el 100%.

A esto, se suma que aunque se creía que el pangolín fue el huésped intermediario que contagió al humano, pero diversos estudios no han podido comprobar que tal cosa haya sido así.

Ante este origen animal indeterminado, se enfrenta un posible escape del patógeno del Instituto de Virología de Wuhan. La teoría busca sustentarse en la profesora Shi Zhengli, profesora perteneciente a dicho instituto, quien en 2015 participó en un estudio para la revista Nature, que advertí sobre una posible pandemia por murciélagos. 

En ese sentido, su trabajo e conocido por investigar con murciélagos, a fin de prevenir nuevos contagios de CoV, como las que llevó en el mencionado instituto, en donde se buscó desarrollar vacunas y posibles tratamientos. 

No obstante, esto no evitó que tales trabajos generaran polémica en la comunidad científica, por la amenaza de crear virus, especialmente una nueva versión del CoV, nacido de la combinación de dos diferentes, a lo que se le conoce como “virus quimera”.

Sumada a esta especulación, en mayo de 2021 el Wall Street Journal publicó un artículo donde sostuvo que tres investigadores de dicho instituto se habían enfermado en noviembre de 2019 (momento en el que se supone comenzó el contagio), los cuales contaron son síntomas parecidos al COVID-19.

Además, en ese mismo mayo de 2021, 18 virólogos de varios países, de importante reputación, firmaron una carta, por medio de la revista Science, en la que solicitaron una “investigación pormenorizada” sobre un posible origen en laboratorio del SARS-CoV-2. Entre los firmantes, estuvo Ralph S. Baric, un microbiólogo e investigador que trabajó antes con Shi Zhengli.

A pesar de ello, las investigaciones de Michael Worobey, biólogo evolutivo, profesor y director del departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Arizona, quien en 2021 publicó dos investigaciones sobre el origen y los primeros casos de COVID-19 en Wuhan, dan una perspectiva sobre donde se centraron los contagios.

En ese sentido, gran parte de dichos casos iniciales se concentraron en el centro de Wuhan, cerca de la orilla oeste del río Yangtze, mostrando una especial concentración cerca y alrededor del mercado de Huanan, donde se conoció que empezó el contagio.

A través de una estimación de densidad de Kernel, con la que analizaron las ubicaciones de las viviendas donde estuvieron tales casos, descubrieron que gran parte de estas personas contagiadas residía más cerca del mercado, por lo que pudieron haberse expuesto al virus en dicho sitio o cerca suyo.

Además, para los casos de los trabajadores de dicho mercado, el mayor riesgo de posición indicó ser su lugar de trabajo y no su lugar de residencia, pues “estaban más alejados que los casos no vinculados formalmente al mercado”.

Por otro lado, en septiembre de 2021, un articulo en la revista Cell estudió la relación epidemiológica de los primeros casos, en el que reiteró la relación de contagio con el mercado, a la vez que no encontraron relación con la ubicación del laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan.

Fuera de este artículo, y para elevar estas interrogantes, en enero de 2021, una investigación para la revista British Journal of Dermatology, detalló el caso de una mujer de Milan, Italia, quien en noviembre de 2019 visitó un hospital, presentando dolor de garganta y lesiones en la piel, de cuyo análisis en dichas heridas se reveló presencia de ARN del ARS-CoV-2.

Luego, en julio de 2021 se reveló un estudio originado por la recolección de aguas residuales sin tratar, obtenidas el 27 de noviembre de 2019, en Santa Catarina, Brasil, en el que se detectó la presencia de SARS-CoV-2 con 100 mil copias por litro, tan solo 66 días antes del primer caso confirmado en América

Otro estudio, en 2021, sobre anticuerpos contra el SARS-CoV-2 afirmó que pudo haber casos de COVID-19 en Francia desde noviembre de 2019.

A pesar de estos datos, las preguntas del origen, el animal intermediario o por qué aún no se ha reproducido en un 100& el genoma del COVID-19 con otros CoV en murciélagos, siguen siendo interrogantes que requieren más estudios.

¿Cuándo terminó la pandemia y cuántas personas ha muerto por el COVID- 19 ?

Tras casi tres años de pandemia, el 5 de mayo de 2023, la OMS declaró que “el coronavirus SARS-CoV-2 ya no es una emergencia pública internacional, lo cual no significa que el COVID- 19 haya dejado de ser una amenaza para la salud pública”.

Pese a ello, sus consecuencias aún son palpables. Según datos de la OMS, desde el inicio de la pandemia en 2019 al 23 de febrero de 2025, en el mundo han muerto 7 090 776 personas por COVID-19.

Asimismo, el centro de datos de la Universidad de Medicina John Hopkins, hasta marzo de 2023, en el mundo han sido distribuidas 13 338 833 198 vacunas en contra de la enfermedad.

Aunado a ello, la deuda gubernamental mundial aumentó 12 puntos porcentuales desde 2020. Asimismo, generó altos niveles de inflación, la cual alcanzó su punto más alto en varios países en 2022. Para tratar de compensar la situación, los bancos centrales de diversos países aumentaros sus tasas de interés.

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Asimismo, las calificaciones crediticias soberanas de varios países, que reflejan su capacidad para pagar deuda, se redujo considerablemente, apunto que la calificación crediticia soberana global promedio, en 2025, se mantiene un cuarto de nivel más baja que en 2020, según datos de Fitch Ratings.

Además, la pandemia provocó la pérdida de millones de empleos, según el Banco Mundial, especialmente en hogares de bajos recursos y en empleos de mujeres.



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