Cuando la sangre corrió por la Presidencia...
Los magnicidios logran desestabilizar a toda una nación, México no ha estado exento de sufrir atentados en el poder.
MONTERREY, Nuevo León.- La muerte de Jovenel Moïse ha sacudido de nuevo las esferas de poder, pero esta, no es la primera ocasión en que un atentado afecta la estabilidad de un país entero.
En México, destaca el magnicidio de Francisco I. Madero, quien en medio de un golpe de Estado, fue asesinado a manos del mayor Francisco Cárdenas y el teniente Rafael Pimienta el 22 de febrero de 1913 durante su arribo al Palacio de Lecumberri.
Tiempo después, una de las figuras más importantes de la política mexicana del siglo XX, simpatizante de Madero; Venustiano Carranza, el encargado de promulgar la Constitución de 1917, que es la Carta Magna que rige a México hasta nuestros días, fue asesinado el 21 de mayo de 1920, en Tlaxcalantongo, Puebla.
En calidad de presidente electo para empezar su segundo mandato el 1 de diciembre de 1928, Álvaro Obregón, quien fue ultimado por José de León Toral el 17 de julio de seis tiros cuando se acercó a él como caricaturista a mostrarle un dibujo, a centímetros de distancia le dio al menos seis disparos.
Una de las etapas más oscuras de Nicaragua, fue marcada por el Anastasio Somoza García, un hombre que estuvo al frente del gobierno por casi dos décadas, el 21 de septiembre de 1956, sufrió un atentado en la ciudad de León a manos del poeta Rigoberto López Pérez, fue internado en el Hospital de la Zona de Canal de Panamá, donde pocos días después murió.
Sin duda uno de los magnicidios más trascendentales de la historia mundial fue el cometido contra el presidente número 35 de los Estados Unidos de Norteamerica, John F. Kennedy, quien fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, por disparos mientras circulaba en el coche presidencial.
El 11 de septiembre de 1973 durante el golpe de Estado comandado por el general Augusto Pinochet, murió el presidente chileno Salvador Allende, después de la exhumación de su cuerpo en 2011 se dice se suicidó para evitar ser capturado.
Estos crímenes no son exclusivos de México o América Latina, lo que si que es que cuando son cometidos el desarrollo y la tranquilidad de un país entero, pues la soberanía de la nación queda por momentos vulnerable ante estos hechos violentos.
