El narco y la política mexicana van de la mano
¿El asesinato del alcalde de Chilpancingo, Guerrero es una muestra del vínculo que tiene el narcotráfico con las autoridades? Sofía Otero nos cuenta más sobre esto.
CIUDAD DE MÉXICO.- El lazo entre el poder político y los grupos del narcotráfico en México no se puede negar. El asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán otra vez nos lo deja claro.
El alcalde electo con la alianza PRI-PAN-PRD fue decapitado este domingo seis, a menos de una semana de tomar posesión. Su cuerpo fue dejado dentro de una camioneta. Su cabeza estaba colocada arriba del vehículo. La escena era visible a lxs transeúntes, a plena luz del día.
La presidenta Claudia Sheinbaum reaccionó dedicándole a la masacre unos cuantos segundos (menos de un minuto). Tras reunirse con su gabinete de seguridad, que ella confirmó le notificó del asesinato, Sheinbaum se presentó ante la prensa sonriente. No se pronunció sobre el asesinato hasta que una reportera le preguntó al respecto. Ella simplemente respondió que ya se estaban realizando las investigaciones correspondientes.
El asesinato de Alejandro Arcos no tomó a Chilpancingo completamente por sorpresa. Hubo señales previas. Primero, el 27 de septiembre fue asesinado Ulises Hernández, quien iba a ser el Secretario de Seguridad Pública en el gobierno local. Unos días después, el 3 de octubre se encontró sin vida a Gonzalo Tapia, secretario general del ayuntamiento. Su cuerpo fue arrojado a dos cuadras del Palacio Municipal.
Tras la decapitación del alcalde, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado dio su pésame en Twitter/X. Llama la atención que su publicación tiene una nota de la comunidad, una forma de alerta que presenta la red social cuando a los mensajes les falta información o contexto. Lo que la gobernadora omitió en su publicación fue que Alejandro había pedido seguridad unos días antes de ser asesinado.
Todavía no sabemos de forma certera si Alejandro fue decapitado por tener lazos con el narcotráfico o por negarse a pactar, pero es innegable la relación que tienen estos grupos con la gente que nos gobierna. Basta recordar quién es la antecesora del exalcalde: Norma Otilia Hernández. Desde julio de 2023 se expusieron videos en los que aparecía la entonces alcaldesa junto a Celso Ortega, líder del cártel Los Ardillos. A pesar de la claridad de los videos y audios, Morena no la expulsó del partido hasta el 8 de septiembre de 2024, más de un año después.
Quién no quiera aceptar que la política mexicana opera de la mano con los grupos de la delincuencia, simplemente está en una terca y absurda negación.