El Talibán prohíbe la voz de las mujeres (penalmente, no metafóricamente)

CIUDAD DE MÉXICO.- El Talibán emitió su primera declaración formal de leyes sobre “el vicio y la virtud islamista”. El grupo extremista tomó el control en agosto de 2021 después de que salieron las tropas estadounidenses. Desde entonces han implementado “la sharia”, ley basada en su interpretación del Islam. Como era de esperarse, el nuevo documento de 114 páginas detalla una larga lista de restricciones contra las mujeres.

Tendrán que cubrirse todo el cuerpo en todo momento que estén en público. Deberán hacerlo con un velo que no revele su figura de ninguna manera y que también cubra su rostro. A su vez serán penadas aquellas que miren a un hombre que no sea de su familia a los ojos. Todo esto para “evitar tentaciones”.

Adicionalmente el gobierno afgano prohibió el uso de cosméticos y perfumes pues buscan que las mujeres no imiten “estilos de las mujeres no musulmanas”. Las afganas tampoco tendrán la posibilidad de viajar solas. Deberán hacerlo siempre acompañadas de un hombre de su familia. La ley es enfática en este punto. Incluso pide a conductores de transporte público no permitirle el ingreso a aquellas que no vayan acompañadas. Podemos inferir una motivación obvia: impedir que las mujeres puedan escapar de sus agresores.

Como si todo esto no fuera suficiente, el Talibán les prohibió la voz. Serán castigadas aquellas que hablen fuerte en público, que lean en voz alta, usen un micrófono o canten. Las sanciones no son claras. El Ministerio de Justicia informó que podrían penalizarlas con “consejos, advertencias de castigo divino, amenazas verbales, confiscación de bienes, detención de una hora a tres días en cárceles públicas”, pero también con “cualquier otro castigo que se considere apropiado”. El argumento es que la voz de las mujeres no debe ser escuchada en público porque son íntimas.

Lo que el Talibán le está prohibiendo a las mujeres es existir en el plano público. Porque si ya no las ven y ya no las escuchan, podrán fingir que no están ahí. Como marca la ley, serán relegadas al ámbito íntimo o privado, donde sí las consideran útiles, únicamente porque las pueden mantener bajo su servicio. 

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