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El terraplanismo del pensamiento

Imane Khelif, boxeadora argelina fue una de las figuras más polémicas de los Juegos Olímpicos. Fernando Bustos nos cuenta qué pasó con ella.

Publicado el

Por: Fernando Bustos

CIUDAD DE MÉXICO.- En días pasados hubo una cadena terrible de desinformación sobre Imane Khelif, boxeadora

argelina. Dijeron que era hombre, que era una mujer trans y llamaban por descalificarla aún cuando los hechos, la realidad era clara. A mucha gente no le importó que especialistas en diferentes materias expusieran concretamente la situación, tampoco les importó el hecho de que Imane Khelif es mujer y cayendo en obviedades que esta gente necesita escuchar: lleva toda su vida viviendo de esa forma.

Para mucha gente lo más importante fue su sesgo, su creencia que se imponía a cualquier tipo de razonamiento o evidencia. Un negacionismo absurdo.

Habitamos una época con gran acceso a información y se ha avanzado en términos de conocimiento en diferentes disciplinas sin embargo hay gente que frente a esto se comporta como si fueran medievales condenando todo lo que incomoda su forma de entender el mundo.

Con miedo prefieren vivir encerrados en sus creencias omisos a la realidad que pueda vulnerar sus creencias en la que han decidido cegarse.

Al inicio de la Metafísica Aristóteles dice que todos los hombres por naturaleza tienen el deseo de saber pero ¿es esto cierto? O como dice Jesús Silva Herzog en esta columna, ¿No será más bien lo contrario? “La única especie dispuesta a ignorar lo que tiene frente a la nariz. Si fuera incorruptible ese afán de sabiduría no habría razón para apropiarnos de lo que sabemos falso, para adoptar lo que se sigue por simple hábito, para creer en lo que no se demuestra”.

No se trata de ninguna agenda como muchos quieren acusar. En dado caso la agenda sería de ir en contra de la desinformación y de querer imponer absurdos como verdades. Necesitamos estar a la altura de nuestros tiempos y eso significa también estar a la altura de los conocimientos actuales para no convertirse en unos terraplanistas del pensamiento.

Ver nota:
Crónica de un tren bala fallido

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