Feminismo de 4Ta

CIUDAD DE MÉXICO.- Este martes 25 de junio Claudia recibió el “bastón de mando de las mujeres” evento en el que vestida de morado aseguró que no regresaría “al pasado de corrupción, de privilegios, de falsos feminismos”. Qué ironía.

Porque, ¿qué es más feminista que mentir y decir que en la capital hay “cero impunidad” en los feminicidios? La presidenta electa dio esta cínica aseveración en el primer debate de la contienda. Aunque es cierto que en su gobierno hay registros que indican que hubo una disminución en este delito, no todas las víctimas consiguen justicia. De acuerdo a datos oficiales, de enero a octubre entre 2019 y 2023 fueron denunciados 303 feminicidios en la Ciudad de México. Según la entonces fiscal Ernestina Godoy en ese periodo consiguieron 133 sentencias. Sus propias cifras las desmienten.

Claudia ahora presume su feminismo, mientras que en campaña fue incapaz de siquiera defender el derecho de las mujeres a decidir. Cuando el periodista Manuel López San Martín le preguntó su postura, la morenista dijo que el asunto ya había sido decidido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y procedió a desviar el tema.

Las feministas tampoco olvidamos que Sheinbaum nos llamó “clasistas” y “racistas” por oponernos a que la “Glorieta de las mujeres que luchan” fuera eliminada para darle lugar a una escultura de la joven Amajac. A mi criterio era evidente que Claudia impulsó este reemplazo para borrar un símbolo de la ineptitud de las autoridades al enfrentar la violencia de género. En otras palabras, le incomodaba. ¿Y cómo olvidar el uso de gas lacrimógeno contra manifestantes pacíficas en las protestas del 8 de marzo? Situación que una y otra vez la 4T negó.

Claudia critica el “falso feminismo”, pero se mantuvo callada al ver que su movimiento quiso darle la embajada Panamá a Pedro Salmerón, un hombre acusado en repetidas ocasiones de acoso y hostigamiento sexual. Digo, tampoco se objetó públicamente a la inclusión del expriísta y exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, señalado por María Elena Ríos de obstaculizar su proceso de acceso a la justicia. ¿Y dónde estuvo la sororidad de Claudia cuando la 4T optó por manipular las cifras de desapariciones, incluso ocultando el caso de Esmeralda Castillo?

Tener a una mujer en el poder no significa tener un gobierno feminista, el historial de la presidenta electa nos lo deja claro. Preparémonos para 6 años de feminismo de cuarta.

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