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Hoy la Vida Me Sonríe: La Inspiradora Historia de Antonio Pérez Garibay

LA ENTREVISTA POR ELIZABETH CANO

Publicado el

Por: Elizabeth Cano

CIUDAD DE MÉXICO.- Antonio Pérez Garibay es mucho más que un político mexicano y un empresario exitoso. Es un ejemplo de superación y compromiso con su país. Desde sus humildes comienzos en Guadalajara, Jalisco, hasta convertirse en una figura destacada en lo social y empresarial, su historia inspira y motiva a todos aquellos que conocen su trayectoria.

“Nací con muchas carencias, muy pobre, un niño que nace a través de una partera, cuya incubadora fue un trapeador. Mi orgullo fue mi madre Juanita Garibay Guerrero, que en paz descanse, un bolerito feliz en Guadalajara; así recuerdo mi infancia”, manifestó.

Su madre, Juanita Garibay Guerrero, fue su roca, su inspiración, y su guía en los momentos más difíciles. A pesar de tener recursos limitados, ella siempre encontraba la manera de brindar amor y apoyo incondicional a su familia. Su sacrificio y dedicación dejaron una profunda huella en el corazón de Antonio, quien aprendió de ella valores como la humildad, la solidaridad y la importancia de ayudar a los demás.

“Mi mamá fue todo, ella fue la creadora de toda la película. Aquí no existe nadie más que ella, todo lo bueno, malo y feo de Antonio Pérez Garibay es una creación de Juanita Garibay Guerrero”, afirmó.

Los primeros años de Antonio estuvieron marcados por el trabajo arduo y la perseverancia. Desde una edad temprana, se vio obligado a buscar formas de contribuir al sustento familiar, convirtiéndose en bolero en las calles de Guadalajara. De esta forma aportaba parte de sus ganancias para poder tener alimento en casa.

La vida de migrante en Estados Unidos no fue fácil para Antonio y su familia. Vivir en un hotel modesto en Nogales, Sonora, y luego en Arizona, presentaba desafíos constantes. Sin embargo, nunca perdieron la esperanza ni la determinación de construir una vida mejor. Fue en ese período cuando Antonio comenzó a incursionar en el mundo empresarial, importando productos que luego vendía con ingenio y determinación en México.

Su amor por el automovilismo lo llevó a explorar el mundo de las carreras, donde encontró una pasión que lo impulsaría hacia el éxito. Con el apoyo de personas como Tomás López Rocha, Antonio se destacó en el deporte del automovilismo, demostrando que con trabajo duro y determinación, los sueños pueden hacerse realidad.

“Cuando logré el campeonato nacional de Marlboro fue gracias a Tomás López Rocha, mi amigo, mi hermano, mi cómplice; él es el primer campeón internacional que tiene México y me patrocinó”, aseveró.

 Pero más allá de sus logros profesionales, lo que define a Antonio Pérez Garibay es su compromiso con su país y su gente. A través de la Fundación Checo Pérez, él y su familia han dedicado su tiempo y recursos a ayudar a los niños más necesitados, transformando vidas y brindando esperanza a quienes más lo necesitan.

“Voy a seguir ayudando, mientras yo pueda. Mi hijo Checo Pérez, lo primero que hizo, fue crear la Fundación Checo Pérez, que ayuda a nuestros niños huérfanos y pobres; se les cambia la vida. Estamos involucrados y queremos poner nuestro granito de arena”, aseguró.

Hoy, Antonio mira hacia el futuro con optimismo y determinación. Está convencido de que lo mejor de México está por venir y se compromete a seguir trabajando incansablemente por un país más justo y próspero para todos. Su historia es un recordatorio poderoso de que, con amor, solidaridad y determinación, podemos superar cualquier obstáculo y construir un mundo mejor para las futuras generaciones.

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