El Ángel de Acuña: Una alegoría de la muerte del poeta saltillense
La icónica escultura en honor a la vida y muerte del poeta Manuel Acuña se ha convertido en una postal imperdible del centro histórico de Saltillo. Su historia es tan sorprendente como su belleza.
SALTILLO, Coahuila.- El Ángel de Acuña, ubicado en la plaza Manuel Acuña en el centro de Saltillo, se ha consolidado como un símbolo del patrimonio cultural de la ciudad. No obstante, su historia es fascinante, ya que este monumento ha sido un ícono tanto a nivel nacional como internacional. La escultura se empezó después de la muerte de Acuña y ha pasado por varias modificaciones que forman parte de la rica historia de la ciudad.
Cuando falleció Acuña, se comenzaron a reunir fondos para hacer una escultura de bronce destinada a la Ciudad de México, pero el proyecto no se concretó. Finalmente, el gobierno de Coahuila patrocinó, a través de un escultor de Aguascalientes, una alegoría de lo que representa la gloria. En realidad, no es un ángel, porque en el mundo católico los suicidas no van al cielo, al menos esa era la creencia de la época'.
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¿Qué representa la escultura?
Aunque es conocida popularmente como el Ángel de Acuña, la figura alada que encabeza la obra no es un ángel. Recio detalló los elementos que conforman este monumento:
- Personaje alado: Representa la gloria, simbolizando lo que Acuña pudo haber alcanzado si su muerte hubiera sido en otras circunstancias.
- Acuña: La figura que yace sobre el personaje alado es el poeta Manuel Acuña, en una postura melancólica, con la mano apoyada en la cabeza.
- La poesía: A los pies de ambos personajes se observa una lira, que simboliza la poesía en un contexto de muerte.
El valor artístico de la escultura, sumado a su elaboración en mármol italiano por manos del escultor Jesús Contreras, la convierte en una pieza única.
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Historia y recorrido del monumento
El Ángel de Acuña ha sido más que una pieza de arte local. A nivel internacional, representó el arte mexicano en la Exposición Universal de 1900 en París. Fotografías y artículos de la época documentan la presencia del monumento en tierras francesas. Tras su exhibición en París, fue trasladada a la Ciudad de México, donde permaneció en los patios de la Academia de San Carlos. En 1916, el presidente Venustiano Carranza ordenó su traslado a Saltillo, donde estuvo más de 30 años en el lago de la Alameda.
En 1999, la escultura fue finalmente reubicada en la plaza Acuña, en el centro histórico de Saltillo, un lugar que Carlos Recio describe como clave en la historia de la ciudad: 'La plaza Acuña nos recuerda la gran plaza Tlaxcala, donde se celebraba la feria y el comercio al aire libre por más de 300 años'.
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Manuel Acuña: El poeta romántico de Saltillo
Manuel Acuña, originario de Saltillo, se destacó por su estilo romántico, dejando un legado de más de 90 composiciones, además de una obra de teatro. A pesar de su breve carrera, se convirtió en uno de los máximos exponentes del romanticismo en México. Su trágica muerte, ocurrida el 6 de diciembre de 1873 tras ingerir cianuro, presuntamente debido a un desamor con Rosario de la Peña, causó conmoción a nivel nacional.
'El romanticismo se caracteriza por la melancolía y la nostalgia, y en el caso de Acuña, ese ideal lo llevó a tomar la decisión sobre su vida. En el imaginario colectivo de la época, fue considerado un gran poeta, y realmente tiene muy buenas poesías', comentó Recio.
Acuña será recordado eternamente por su obra, especialmente por el poema 'Nocturno a Rosario'. Sus restos descansan en la capital coahuilense, en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón Santiago, donde este año se conmemoran 150 años de su deceso.