¡Es hoy, es hoy! Cumple años el "colosal gruñón" que al rugir nos pone a temblar
La celebración tiene un origen basado en las apariciones de un personaje que decía llamarse Gregorio, Goyo o Popocatépetl, y era visto cada 12 de marzo en las faldas del coloso.
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POSTA CDMX hablo con Arturo Marroquín, un cronista destacado de esta región, quien nos cuenta que todo comenzó por el avistamiento de seres extraños, en las faldas del volcán.
“Que han encontrado caminando, solito, a un hombre de edad madura. Mayor, con ropa de manta y sombrero, joronguito, y que le preguntan ¿qué haces por aquí? y él le responde que se llama Popocatépetl, pero que le pueden decir Gregorio o don Goyo de cariño “
Arturo Marroquín, - Cronista oficial de Amecameca.
Y aunque muchos piensan que la celebración es para calmar su temperamento explosivo, lo cierto es que el festejo está más ligado al agradecimiento que según el cronista de la región, se debe a que tanto el Popocatépetl como el Iztaccíhuatl son proveedores de casi la totalidad del agua que abastecía a esa región.
“Los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl son las grandes fábricas de agua de la región. En los meses de junio, julio, agosto y septiembre atrae el vapor de agua que llega del Golfo de México y lo convierte, por eso se le celebra”.
Arturo Marroquín, - Cronista oficial de Amecameca.
Es por eso que toda la comunidad quiere quedar bien con el gran coloso para que la lluvia sea generosa pero al mismo tiempo mantenga un delicado balance y que no haya tanto hielo que destruya los sembradíos o el viento que terrible en las milpas.
“Las Cruces se adornan, se visten como si fueran personas. Se hacen ofrendas de comida, se hacen tamales, mole. Habrá rezos y seguramente habrá quien haga danzas allá arriba”.
Arturo Marroquín, - Cronista oficial de Amecameca.
La festividad tradicional tendría lugar en una de las cuevas ubicada ya en una de las rutas de ascenso hacia el cráter, pero que ahora no es posible visitar. Los privilegiados que pueden encabezarla son los llamados “tiemperos”, qué son una especie de guardianes de esta tradición. Son designados por revelación a través de un sueño, por herencia de los padres por lo menos común y la más peligrosa, por un estallido del cielo.
“Es decir que le caiga un rayo, y si la persona sobrevive quiere decir que tienen un don de poder invocar la buena lluvia y la buena agua”.
Arturo Marroquín, - Cronista oficial de Amecameca.
Pero esta, no es la única ocasión en el año en la que se llevan ofrendas y regalos al coloso de fuego. Según los cronistas de la región en mayo hay otra oportunidad para pedirle esa protección que saben que les dará el compañero de toda la vida que a veces, cuando parece enfurecer, los pone a temblar.