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México

A 27 años del homicidio de Luis Donaldo Colosio

El asesino confeso de Luis Donaldo Colosio fue Mario Aburto, un hombre obrero de origen michoacano permanece preso en un penal de Tabasco.

A 27 años del homicidio de Luis Donaldo Colosio

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Por: POSTA Redacción

MÉXICO.- Un 23 de marzo de 1994 fue asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato a la Presidencia de México por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante un mitin en la colonia Lomas Taurinas de Tijuana, Baja California.

En la investigación se consignan tres itinerarios para el candidato priista para el 23 de marzo de 1994; el que finalmente se aplicó marcaba que llegaría a Tijuana a las tres de la tarde, para una visita de dos días; estaría en Lomas Taurinas media hora después para un diálogo con los colonos; a las 18:30 llegaría al Club Campestre para un diálogo con maestros, y a las 21:00 cenaría con representantes de la sociedad civil. Dormiría en esa ciudad.

Procedente de La Paz, Baja California Sur, Colosio arribó en un avión privado al Aeropuerto Internacional de Tijuana a las cuatro de la tarde, una hora más tarde de lo programado. Ahí lo esperaban entre mil 500 y 2 mil personas, mientras que en Lomas Taurinas ya se encontraban entre 3 mil 500 y 4 mil, casi el doble de lo que estimaron los miembros de logística y seguridad. La mayoría de los asistentes eran integrantes de comités del Programa Nacional de Solidaridad, agrupaciones políticas y grupos populares del PRI. Su esposa, Diana Laura Riojas, llegó al mismo sitio una hora después.

En Lomas Taurinas, antes de la llegada de Colosio, varios jóvenes extendieron una manta en la que se leía “En Baja California decimos basta, no más engaños, no más PRI-Gobierno”, y al reverso decía “Ojo (Manuel) Camacho y Subcomandante Marcos te vigilan”. Sus portadores -identificados después como estudiantes del Tecnológico de Tijuana- la retiraron sin mayores incidentes, a petición de algunos priistas.

El candidato arribó en una camioneta Blazer por la calle Valente Arellano, a las 16:35 de la tarde. El vehículo se detuvo en el lado sur de la hondonada. El candidato descendió entre vítores de los asistentes al mitin, y caminó con dificultad entre el polvo y las piedras, para cruzar el puente de madera y llegar al templete improvisado. Su primer círculo de guardaespaldas, formado por integrantes en activo y retirados del Estado Mayor Presidencial, avanzaba en torno suyo, en medio de los empellones.

A las 17:09 horas, Colosio terminó su discurso y se dirigió con su comitiva de regreso a la camioneta Blazer, que lo conduciría al Club Campestre de Tijuana. El orador pidió por el micrófono a los asistentes que lo despidieran. Como fondo sonaba fuerte la canción «La culebra» de la Banda Machos.18? Los integrantes del grupo Orden, Vallas y Porras (o Grupo Omega, formado por expolicías, cuya función era crear un segundo anillo de seguridad en torno a Colosio, luego de su escolta personal) de inmediato trataron de formar barreras para darle paso por el costado izquierdo del templete, pero no lo lograron porque la multitud de mujeres, niños, hombres y jóvenes se arremolinó en torno a él para saludarlo y entregarle peticiones, lo que lo forzó a caminar, con mucha dificultad, hacia el costado derecho. El cuerpo de seguridad quedó rebasado por la aglomeración y el apretujamiento. Frente al candidato caminaban el coronel Federico Reynaldos del Pozo y el mayor Germán Castillo, mientras que detrás de él venía el general Domiro García Reyes. En el flanco izquierdo iba el expolicía Fernando de la Sota, líder del Grupo Omega, y en el derecho el teniente Miguel Cimbrón. A las 17:12 de la tarde, cuando Colosio había recorrido aproximadamente trece metros y medio en la explanada, uno de los asistentes al mitin logró penetrar el débil cerco de seguridad, puso un revólver Taurus calibre .38 cerca de su oído derecho y disparó.? Inmediatamente el agresor hizo otro disparo que alcanzó al político en el abdomen, quien se desplomó inconsciente, sangrando profusamente de la cabeza. En medio de la confusión, los guardaespaldas capturaron a un hombre de unos 25 años, de complexión delgada, tez morena y pelo rizado, vestido con pantalón de mezclilla y una chamarra negra.?

Elementos de seguridad levantaron a Colosio y lo llevaron en vilo hacia la camioneta Blazer estacionada a un lado del puente de madera, pese a que en el lugar había dos ambulancias; incluso en una de ellas estaba la entonces directora del Hospital General de Tijuana, Rosalinda Guerra. No habían recorrido más de 500 metros cuando los alcanzó otra ambulancia del Grupo de Rescate Delta. Domiro García Reyes ordenó que se detuvieran para cambiar de vehículo.

Mientras, otros guardaespaldas rodeaban al detenido, identificado como Mario Aburto Martínez, para protegerlo de los enfurecidos asistentes al mitin, quienes trataban de lincharlo. Inmovilizado, el agresor gritaba 'fue el ruco, fue el ruco', refiriéndose a Vicente Mayoral, uno de los integrantes del grupo de seguridad, quien también fue detenido y presentado.

Menos de diez minutos después del atentado, la ambulancia arribó al Hospital General de Tijuana, ubicado a poco más de cinco kilómetros de Lomas Taurinas. A las 17:20 el candidato ingresó inconsciente al área de urgencias, en paro respiratorio pero con pulso. De inmediato lo transfirieron a quirófano,? donde lo atendieron dos equipos de cirujanos simultáneamente: uno le realizó una craneotomía para la herida en la cabeza, con entrada en la región temporal derecha y salida en la región parietal izquierda; y el otro una laparotomía exploradora en la zona superior izquierda del abdomen. Se “realizaron diversas maniobras encaminadas a tratar de salvar la vida del paciente, pero médica y clínicamente era (imposible) por la gravedad de la lesión en la cabeza, no así la lesión que presentaba en el abdomen, ya que no hubo lesión en algún órgano interno, ya (que) nunca atravesó el peritoneo parietal, siendo una lesión en sedal, y sin poder precisar el tiempo y a consecuencia de la gravedad no obstante todos los esfuerzos humanos y médicos que se realizaron, falleció el licenciado Colosio”.

A las ocho de la noche empezó a circular el rumor del deceso. Finalmente a las 8:47 de la noche, una hora y 12 minutos después de la declaratoria de muerte de parte de los médicos, Liébano Sáenz, secretario de Información y Propaganda de la campaña, en un evidente estado de sorpresa e incredulidad, anunció el fallecimiento en el vestíbulo del hospital, rodeado por decenas de reporteros y camarógrafos. Momentos antes, Jacobo Zabludovsky ya había dado en televisión nacional la primera versión extraoficial de la muerte del candidato durante un enlace telefónico con la periodista Talina Fernández.

El asesino confeso de Luis Donaldo Colosio fue Mario Aburto, un hombre obrero de origen michoacano permanece preso en un penal de Tabasco.

Mario Aburto, denunció ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que desde que fue apresado es víctima de tratos crueles, inhumanos y de tortura, por lo que el pasado 25 de febrero pidió que se reabra su caso.

La CNDH informó en un comunicado que abrió una queja por la negación del derecho a la salud en agravio de Mario Aburto, quien se encuentra preso en un penal de Guanajuato por ese asesinato, cometido en marzo de 1994.

Con información de Wikipedia

https://www.youtube.com/watch?v=qjvplbCkZKc

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