La cuadra mágica o el Coyoacán de Ciudad Victoria ¿Ya lo conoces?
El proyecto cobró fuerza durante en la época más álgida de la inseguridad en Tamaulipas.
CIUDAD VICTORIA, TamAlipay’s.- Conocida como la cuadra mágica, la del 15 y 16 Zaragoza, se ha convertido un lugar emblemático en esta Capital.
La clasificación de cuadra mágica se la dieron los ciudadanos, que se han ido apropiando de este espacio al que frecuente comparan con el municipio de Coyoacán, por su arquitectura.
Se trata de un pequeño túnel del tiempo que nos transporta a la Victoria antigua, con fachadas de varias épocas que resaltan por sus colores en tonos llamativos.
Aquí, dos hileras de árboles en las aceras se entrelazan para dar forma a un túnel natural, que regalan un momento de frescura a quienes transitan por el lugar.
Algunas construcciones de la cuadra tienen más de cien años y sus fachadas tienen variados estilos, desde lo colonial, inglés y la arquitectura clásica mexicana.
La idea de darle vida a esta calle fue de la familia Tirado Saldívar, propietarios de algunas de las casas de la cuadra, hoy convertidas en oficinas y consultorios.
El proyecto cobró fuerza durante en la época más álgida de la inseguridad en Tamaulipas.
“Pensamos en crear algo que fuera en beneficio de la comunidad, pero que además también estuvieran disfrutando de ella, lo que queríamos era que hubiera algo que nos diera la oportunidad de vivir y convivir y sentirnos que estamos vivos”, señaló el doctor Gustavo Aldolfo Tirado Saldívar.
El doctor Tirado afirma que fue su hermano Guillermo quien tuvo la idea de sembrar los primeros árboles y ha sido el precursor de este espacio único en su tipo en Ciudad Victoria.
Actualmente la cuadra mágica es visitada por decenas de personas y es escenario de múltiples sesiones fotográficas.
Poco a poco también se sumaron otros vecinos, quienes aceptaron pintar las fachadas de sus viviendas, lo que permitió completar el proyecto.
En marzo de este año la cuadra mágica estuvo a punto de desaparecer a iniciativa del Instituto Nacional de Antropología e Historia, bajo el argumento de que las fachadas no cumplían con los colores de la época a la que pertenecían; la iniciativa fue desechada debido a la presión de la sociedad victorense que se negó a perder este espacio.