Padre condenado por abusar de hija: 36 años de cárcel en Yucatán
Se le suspendieron sus derechos contra la menor y deberá participar en programas educativos respecto a la dignidad y derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

MÉRIDA, Yucatán.- Manuel Adrián M.P. fue sentenciado a 36 años, siete meses y 15 días, por el delito de violación equiparada en al menos 3 ocasiones en agravio de su propia hija, de quien según la indagatoria, la menor era víctima de abusos desde que contaba 8 años de edad.
¿Qué pasó?
En los hechos se expuso, que al morir la madre de la menor se quedó bajo el cuidado de su padre, pero al visitar a sus abuelos maternos en la ciudad de Tizimín, el sujeto aprovechaba las distintas ocasiones para abusar de la niña y la amenazaba con hacerle daño a sus abuelos.
Fue la abuela quien se percató de los hechos e interpuso la denuncia que derivó en la investigación de la causa penal 90/2022 misma que se desahogó durante su etapa inicial en el Juzgado Primero de Control del Quinto Distrito, con sede en Valladolid, donde se estableció que los hechos ocurrieron durante las visitas que la víctima y el imputado realizaban a la citada localidad donde radican sus familiares.
Sentencia y multas
Asimismo, en un comunicado la Fiscalía General del Estado informó que los integrantes del Tribunal Segundo de Enjuiciamiento otorgaron un fallo condenatorio por unanimidad de votos y se realizó la individualización de las penas, las cuales incluyen:
- 36 años de cárcel, siete meses y 15 días
- El pago de 877 UMAS de multa
- Indemnización por 200 mil pesos
Asimismo, deberá cubrir el pago por asistencia médica y psicológica, recibió una amonestación pública, le fueron suspendidos sus derechos políticos y de familia respecto a la víctima.
Por último, se informó que el sentenciado no podrá acercarse de forma definitiva a la víctima directa e indirecta y deberá participar en programas educativos respecto a la dignidad y derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.