Estudio de la UANL revela que mujeres realizan el doble de trabajo doméstico que los hombres
Descubre la desigualdad en el trabajo doméstico en el AMM según estudio de la UANL

MONTERREY, Nuevo León.- Según un estudio de la Universidad Autónoma de Nuevo León a través de la Facultad de Economía, el trabajo doméstico no remunerado (TDNR) es una de las principales barreras que enfrentan las mujeres para acceder a oportunidades laborales y de desarrollo personal.
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En el Área Metropolitana de Monterrey (AMM), las mujeres dedican en promedio:
- 105% más horas a las labores de limpieza
- 148% más a las tareas de cuidado en comparación con los hombres
Según datos de la encuesta "Así Vamos Nuevo León 2024".
¿Cuánto tiempo dedican las mujeres y los hombres al trabajo doméstico?
El estudio revela que, en promedio, las mujeres del AMM invierten 4.22 horas diarias en labores de limpieza, mientras que los hombres apenas destinan 2.06 horas. En municipios como Salinas Victoria y General Escobedo, las mujeres superan incluso las 5 horas diarias de trabajo doméstico no remunerado.
Por otro lado, en las tareas de cuidado, las diferencias son aún más notorias. Mientras los hombres dedican en promedio 0.95 horas al cuidado de niños, adultos mayores o personas dependientes, las mujeres invierten 2.34 horas.
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Municipios como El Carmen y Salinas Victoria muestran las mayores brechas, con las mujeres destinando más de 4 horas diarias a estas actividades.

¿Por qué persisten estas desigualdades en el trabajo no remunerado?
Las razones de esta disparidad son múltiples y están arraigadas en factores culturales, históricos y estructurales. A pesar de los avances en equidad de género, los roles tradicionales siguen asignando a las mujeres la mayor parte de las responsabilidades del hogar y el cuidado familiar.
Esto repercute en su desarrollo profesional, su tiempo de descanso y su bienestar general.
Otro factor relevante es la falta de políticas públicas y medidas de conciliación laboral que permitan a ambos géneros compartir equitativamente estas tareas. La ausencia de servicios de cuidado infantil accesibles y licencias parentales igualitarias también contribuyen a que las mujeres continúen cargando con la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidado.
¿Cómo cerrar la brecha en el trabajo doméstico no remunerado?
Para reducir esta desigualdad, es fundamental promover un cambio cultural que fomente la corresponsabilidad en las labores del hogar. La educación juega un papel clave en la transformación de los estereotipos de género, así como la implementación de políticas que incentiven la equidad en la distribución del trabajo no remunerado.
Algunas soluciones incluyen la creación de programas de sensibilización, la promoción de licencias de paternidad extendidas y la implementación de horarios laborales flexibles. Asimismo, la inversión en infraestructura de cuidados, como guarderías y centros de atención para adultos mayores, puede ayudar a aliviar la carga de trabajo de las mujeres.
Reducir la brecha en el trabajo doméstico no remunerado no solo beneficia a las mujeres, sino que contribuye al bienestar familiar y al crecimiento económico. Un reparto más equitativo de estas responsabilidades es clave para una sociedad más justa e igualitaria.
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