Tacos agachados: Una tradición de Linares, ¿se te antojan?
Esta taquería es famosa por su sabor pero pocos saben que Don Agustín Romero le fiaba la cena a Los Cadetes de Linares antes de ir a los eventos.
LINARES, Nuevo León.- Si vas a Linares y no pruebas los tacos Agachados, entonces no fuiste realmente al bello pueblo mágico y prueba de ello, son los hermanos Soler, Mario Moreno “Cantinflas”, José Alfredo Jiménez, Andrés García, Manolín y Schillinsky, quiénes no desaprovecharon su visita y le entraron a unos buenos tacos.
La tradición familiar comenzó hace 72 años con Don Agustín Romero quien comenzó en un estanquillo con su receta única que captó la atención de muchos paladares, incluyendo a la estrellas del cine de oro mexicano.
Las caravanas Corona llegaron los hermanos Soler, en las caravanas corona que llegaron a Linares lo hicieron a partir de los años 50, entonces en las caravanas corona llegaron los hermanos Soler llegó Mario Moreno “Cantinflas”, los este José Alfredo Jiménez, Manolín y Schillinsky todos los personajes que más adelante se convierten en las estrellas del cine mexicano, del cine de Oro. Cuando ellos vinieron estaban en su apogeo
Don “Nacho” Romero comentó que, cuando su padre murió, tres de sus hermanos se dedicaron a lo mismo pero su diferenciador ha sido el proceso artesanal como las tortillas recién hechas y con su propia mezcla de nixtamal.
También, reveló que el nombre del negocio viene de la CDMX para referirse a los clientes y comerciantes ambulantes que comían en las fondas de los mercados.
“En aquellos años eran indígenas se suponía que eran indígenas. Entonces, la gente comía sentada y agachada, fue un punto de referencia de la gente”, contó.
En el menú hay tacos de picadillo, de frijoles o mixtos pero siempre acompañados de sus papotas y mucha verdura para aquello de la dieta.
“Tenemos muchos años, desde que mi padre inició, de estarla trabajando. Nunca le cambiamos la salsa. Hay gente que nos pide salsa verde pero le digo, no son tamales son taquitos”, dijo.
Además, recordó que cuando era pequeño, su padre le fiaba la cena a Los Cadetes de Linares antes de ir a los eventos.
“Cuando el señor Homero Guerrero ya era famoso, volvía a venir a Linares y visitaba a mi padre en el negocio, y como ahí era el mercado, la mayor parte de la gente salía a saludarlo. Cuando lo recibía la gente y le pedían autógrafos, él en agradecimiento les ofrecía y le ordenaba a mi padre que les diera tacos a todos, y él pagaba”, recordó.