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Armando Gallegos

Publicado el

Alberto Ciruana, In Memoriam

El pasado 23 de marzo, Alberto Ciurana perdió la batalla contra el Covid-19, pese a que ya había recibido la primera dosis de la vacuna.

Hay personas desconocidas para el público televidente, pero que son los auténticos artífices de los logros de las televisoras. Tal es el caso del recién fallecido Alberto Ciurana, abogado de profesión que consagró su vida a las comunicaciones desde que tenía 16 años. Al adquirir la mayoría de edad, Ciurana era ya productor de televisión y su talento fue descubierto por otro visionario, don Emilio Azcárraga Milmo, quien lo invitó a formar parte de la familia Televisa.

Alberto Ciurana es para nuestra televisión de entretenimiento lo que Valentín Pimstein o Ernesto Alonso fueron para las telenovelas; lo que Jacobo Zabludovsky para los noticieros nocturnos o lo que representó Guillermo Ochoa para los programas matutinos de revista.

Trabajando por años al lado de Raúl Velasco, Ciurana produjo programas de alcance internacional, posicionando a la televisión comercial mexicana como la más destacada en todo el continente americano; sin embargo, también fue de los pilares sacrificados por la nueva administración de la televisora, a cargo de Azcárraga Jean y sus amigos. Entonces trabajó un tiempo en Estados Unidos, donde llegó a ser presidente de Programación y Contenidos de Univision Network. Después regresó a México para hacerse cargo de la distribución de Contenidos de TVAzteca y en solo dos años hizo sentir su mano, incrementando los niveles de audiencia de la televisora del Ajusco.

A sus 60 años, Alberto Ciurana tenía 1.1 millones de seguidores en Twitter y casi 150 mil en Facebook, gracias a la gran cantidad de mensajes de autoayuda que posteaba y que, valga decirlo, también fueron motivo de trolleo de otros comunicadores. El pasado 23 de marzo, Ciurana perdió la batalla contra el Covid-19, pese a que ya había recibido la primera dosis de la vacuna. Murió en Hospital Central Militar por complicaciones pulmonares y uno de los últimos mensajes que publicó resulta una lección de vida que merece nuestra atención: “Cuando me toque morir, nadie morirá en mi lugar, así que de hoy en adelante he decidido vivir lo que nadie vivirá por mí”.

Descanse en paz.

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