El Metro Elevado

Entre los múltiples anuncios que hemos escuchado en ya casi medio año de gobierno aquí en el estado de Nuevo León se encuentra la ampliación del Metro, que da servicio a la zona metropolitana de Monterrey.

Entre los múltiples anuncios que hemos escuchado en ya casi medio año de gobierno aquí en el estado de Nuevo León se encuentra la ampliación del Metro, que da servicio a la zona metropolitana de Monterrey.

Se trata de la construcción de la línea 4, de Santa Catarina al primer cuadro de la ciudad, y la línea 5, del centro a la zona sur, cruzando por Avenida Eugenio Garza Sada, hasta llegar a la zona de Mederos.

Como en antaño, un sector de la población se ha manifestado en contra del metro elevado. Vecinos de diferentes colonias del sur de Monterrey se oponen “porque degradaría su entorno”. Piden que sea subterráneo, lo cual está descartado, por el monto de inversión que representaría.

Esta discusión es muy parecida a la que hubo a finales de la década de los ochenta, cuando se construyó la primera línea, entre vecinos y comerciantes de la avenida Simón Bolívar.

O a la inconformidad que surgió hace poco más de 15 años, con la extensión de la línea 2, sobre la avenida Universidad, en San Nicolás.

O en épocas más recientes, por las afectaciones ocasionadas en avenida Félix U. Gómez, durante la construcción de la línea 3.

Hace unos días, ante vecinos de la zona sur, el Secretario de Movilidad del gobierno estatal, Hernán Villarreal dejó entrever la posibilidad de cambiar el proyecto, esto es, no realizar la línea 5 y en su lugar construir la línea 6.

Les dijo que “en Guadalupe, San Nicolás y Apodaca estarían muy contentos”. Sin duda, la ampliación del metro sería parte de la solución al grave problema de movilidad que padecemos.

Sin embargo, este proyecto tendría que venir acompañado de la constante renovación de camiones del transporte público y de una reingeniería de las rutas urbanas, lo cual, hasta ahora, se ha quedado en promesa.

Si no fuera mucho pedir, a estas alturas deberíamos contar con un solo sistema de pago, que permitiera al usuario trasladarse por el mismo boleto a donde lo requiera.

En esas circunstancias, muchos optaríamos por dejar el automóvil para subirnos a cualquier medio de transporte colectivo.

Desafortunadamente, estamos lejos, muy lejos, de que esto pueda suceder. Soy Gregorio Martínez… Más Allá de la Noticia…. Nos vemos y nos escuchamos… Aquí en POSTA.