La muerte del papa Francisco y el futuro de la Iglesia católica

Con la muerte del papa Francisco la Iglesia católica entra en un momento crucial. No se trata solo de elegir a un nuevo líder religioso. Se elige también el rumbo y pensamiento que buscará guiar a una iglesia que posee millones de creyentes en el mundo. Una elección relevante no sólo en términos de fe sino también de política internacional.

Por ejemplo el papa Francisco fue elegido en un contexto en el que la Iglesia católica fue señalada por el Vatileaks y que venía también de un terrible pasado en que se destaparon abusos sexuales, que de alguna forma fueron callados y hasta cierto punto encubiertos por miembros de la iglesia. Francisco representó un cambio y una renovación de una iglesia que estaba atorada en el pasado y que había dejado desamparado a muchos de sus creyentes.

Desde su tradición jesuita y su historia de vida en argentina, es que Bergoglio insistió en que la iglesia debe acompañar más que juzgar y que se debe también de repensar la crisis ecológica desde la religión, como lo dejarapor sentado en su encíclica Laudato Si’.

Pero no todos en la iglesia estuvieron de acuerdo. Para los sectores más conservadores de la Iglesia católica, Francisco fue demasiado liberal, demasiado crítico del eurocentrismo, demasiado abierto al mundo actual.

Quizá para las personas que no participan del catolicismo, la elección y muerte de un papa pueda parecer irrelevante pero no lo es porque tiene implicaciones políticas e ideológicas que impactan a millones de personas. Hoy el mundo vive un giro conservador y para muestra están las políticas excluyentes y autoritarias que Trump ha intentado instaurar.

La elección del próximo papa será una señal y la Iglesia católica tiene en estos momentos una difícil e importante decisión: seguir pensando en nuevas formas de adoptar su fe a los tiempos actuales o intentar regresar a ese pasado autoritario con el que muchos políticos alrededor del mundo fantasean.

El futuro del catolicismo está en juego.