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CLARA VILLARREAL

¿Imagen o Percepción?

Por: CLARA VILLARREAL

Publicado el

Uno de los cuatro acuerdos

Deja que las palabras sean solo eso, palabras y vera´s co´mo te haces ma´s fuerte.

Deja que las palabras sean solo eso, palabras y vera´s co´mo te haces ma´s fuerte.

Todos tenemos nuestros botones. Aquellos que si los presionan son capaces de desatar una tormenta emocional y que nos exponen ante los dema´s en una versio´n mucho menos agradable de nosotros mismos.

Casi siempre son palabras... o gestos... o acciones... los que logran reventar el hilo de la cordura y nos llevan a explotar con la peor groseri´a del mundo, el llanto incontrolable, el golpe del pun~o sobre la mesa o, en ocasiones extremas, sobre el rostro de alguien ma´s.

Justo asi´ le paso´ a Bo Cruz, protagonista de la peli´cula Hustle. Bo es un chico con muchi´simo talento deportivo que se encuentra frente a la oportunidad de su vida para pasar de ser un trabajador de la construccio´n a un jugador profesional de basquetbol. Enfrenta algunos obsta´culos que le bloquean el paso, como toda peli´cula de superacio´n. Pero ni el cansancio, ni el desconocimiento, ni las desventajas sociales son los elementos que ponen su carrera en peligro... sino sus reacciones violentas por no saber filtrar las palabras que le dicen.

El joven enfrenta a la competencia de otros basquetbolistas que, igual que e´l, desean una oportunidad en la NBA y hay uno, en particular, que detecta que´ palabras son las que lo hacen perder el control, en otras palabras, le encontro´ el punto de´bil. Desde luego, lo hace con toda la intencio´n de eliminarlo de la competencia, el cual lo logra sabiendo el poder de sus palabras. Al menos, hasta ese momento de la peli´cula.

Lo que le pasa a Bo tambie´n nos puede pasar a nosotros y es que el joven basquetbolista, en su apasionamiento e ingenuidad, dejaba que cada palabra que le deci´an entrara hasta lo ma´s hondo de su ser, como si fuera verdad, como si fuera lo u´nico que existiera.

En una vida ma´s cotidiana y terrena, nos puede pasar que perdamos el control en una junta de trabajo, en una discusio´n de pareja, al corregir a nuestros hijos o hasta en medio de un embotellamiento.

Sin embargo, ya lo deci´a Miguel Ruiz, quien sintetiza la sabiduri´a tolteca en su libro Los cuatro acuerdos: “No te tomes nada personal”. Esa es la mejor manera de mantener la paz con nosotros mismos, estar ma´s conectados con quienes somos y, por supuesto, con quienes nos rodean.

Lo que los dema´s digan, puede estar bien, o regular o mal, pero nada tiene que ver con nosotros. Ojo, eso aplica tanto para los insultos, como para los halagos, pues no falta la gente que, con tal de lograr lo que quiere, esta´ dispuesta a endulzarnos el oi´do.

Es una tarea difi´cil, pero que con la pra´ctica podemos ir dominando. Dejar que las palabras sean solo eso, y sean reflejo de quien las dice y no necesariamente de nosotros.

No te tomes nada personal.

¿Esta´s dispuesto a asumir ese acuerdo?

Twitter: @claravillarreal

contacto@claravillarreal.com

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