¿Dónde va a parar la ropa de ‘campeón’ del perdedor del Super Bowl?
Los San Francisco 49ers se quedaron con ganas de portar las gorras y souvenirs de ‘campeones’, luego de perder ante los Kansas City Chiefs el Trofeo Vince Lombardi en Las Vegas, Nevada
CIUDAD DE MÉXICO, México.- Alegrías, tristezas; carcajadas, llanto en algunos casos; recarga, depresión. El triunfo y la derrota, en esa vertiente de ser contrarios, traen igual consigo capítulos en los que están inmersos los recuerdos, perdurables de un lado, y sentenciados para el olvido por el otro.
El último domingo, en el Allegiant Stadium de Las Vegas, Nevada, se disputó el Super Bowl LVIII, el cual trajo consigo sensaciones contrastantes, emociones opuestas, pero además detalles que muchas veces son un misterio.
Y es que mientras los Kansas City Chiefs celebraron en todo lo alto la consecución del Trofeo Vince Lombardi, la escuadra perdedora, los San Francisco 49ers, tuvieron que retirarse del escenario dispuesto con esa asignatura pendiente de que otra vez se quedaron en la orilla, muy cerca de la estampa ganadora.
Los monarcas, que llegaron al duelo como Campeones de la Conferencia Americana (AFC), para festejar la obtención del título de la NFL lucieron gorras y camisetas con la leyenda de aquella distinción.
Sin embargo, los ganadores del banderín de la Conferencia Nacional (NFC) tuvieron que guardar aquellas ropas y souvenirs que ya tenían listos, porque al final la etiqueta no era suya.
Y ante este panorama, la pregunta es: ¿Qué hacen los equipos perdedores con sus prendas de ‘campeón’?
¿Y los souvenirs del no campeón?
Por la premura del tiempo, pues son accesorios que se demandan al instante, y porque en el deporte nada está escrito, a los contendientes en las Finales les toca arriesgarse a confeccionar ropas pensando en el triunfo, con el riesgo de que la escuadra que cae no podrá lucirla, y más bien arrumbarla, aunque lo cierto es que no pasa eso.
Y es que esas camisetas y cachuchas, que serían la presunción de muchos, se quedan en aquello de lo que pudo ser y no fue, pero el dato revelador, y que apunta como justo, es que antes de tirarlas, quemarlas, o algo por el estilo, van a dar a asociaciones del mundo que ayudan a gente necesitada con vestimenta.
Esta mercancía se envía a mercados locales para ser vendida, cuando se sabe quién ganó, se incauta la del perdedor, y se manda a una organización llamada Good360, y ésta la distribuye en zonas marginales de los distintos continentes, aunque no falta quien las oferta, sobre todo en redes sociales, porque podrían valer oro para muchos coleccionistas.
