ABRIL 17, 2025
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Tamaulipas

Aída, la gimnasta que levantó la voz y exhibió los abusos de Ricardo "R"

Su testimonio reveló el entorno de violencia que rodeaba al equipo de gimnasia de Siglo XXI, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, que estaba encubierto por el miedo y el silencio cómplice de la comunidad


Publicado el

Por: Ramón Sánchez

“Intenté quitarme la vida. Yo soñaba muy frecuentemente con él. Soñaba que me perseguía, que me lastimaba, que me golpeaba, que me espiaba”.

Esas son las palabras que comparte Aída, una adolescente de 16 años, cuando habla de Ricardo “R”, su exentrenador de gimnasia, a quien acusa de abuso físico, psicológico y sexual.

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La adolescente fue quien rompió la cadena de silencio que pesaba sobre el equipo de gimnasia a cargo de Ricardo “R”, el reconocido instructor que lideraba en el centro deportivo Siglo XXI, en Ciudad Victoria, Tamaulipas.

“Anhelaba con todo mi corazón volver, volver al pasado, volver a cuando nada había sucedido”, desea Aída.


Perseguir el sueño de ser gimnasta

Apenas tenía ocho años cuando Aída encontró su pasión vocacional. Su primera actividad artística fue como parte del equipo de animación en Reynosa, Tamaulipas, y posteriormente, se mudó con su familia a Ciudad Victoria.

Al trasladarse a la capital tamaulipeca ingresó a la Unidad Deportiva Siglo XXI en 2019, así fue como conoció a Ricardo R, quien entonces era reconocido como el mejor entrenador del estado, lo que motivó a Aída a sumarse a sus entrenamientos.

Al incorporarse a las clases en el gimnasio, rápidamente descubrió el ambiente hostil que imperaba.

"Él tenía el máximo poder ahí (en la unidad deportiva). Si tú llegabas y eras nueva y quería que entrenaras con él, tenías que hacerlo, aunque no estuvieras en el nivel", precisa la gimnasta.

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Aída es el nombre que la deportista, de 16 años, ha elegido para compartir su testimonio exclusivo con POSTA Tamaulipas.

El ambiente en que las pequeñas niñas del equipo de gimnasia estaban sumergidas a diario era agresivo. Aída recuerda que en una ocasión, el entonces instructor la “tomó del pelo y me arrastró frente a mis compañeras. Nadie hizo nada. Me sentía avergonzada", recuerda.

"En mi caso, un día estaba practicando un elemento y no me salía, tenía mucho tiempo intentándolo y no podía, entonces Ricardo se molestó y agarró un cubo de los que hay en la fosa de barras y me lo aventó, me pegó fuerte y me caí".

Después de ese arranque vino lo demás "Ricardo se levantó y caminó hacia mí, me cargó pero agarrándome de las nalgas y de mis partes íntimas y me subió".

Las agresiones verbales que sufría el equipo de gimnastas

"Desde que entré (a las clases), noté que le daba nalgadas a las niñas. Cuando me tocó a mí, no dije nada porque todas se callaban", confiesa la gimnasta.

El abuso físico también se trasladó a la agresión verbal.

"Nos criticaba el cuerpo, nos llamaba gordas. Decía que si no teníamos el cuerpo que él quería, no lograríamos nada en la gimnasia", expone.

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Aída también recuerda los comentarios degradantes que se repetían durante la práctica de gimnasia.

"Me decía que teniendo muchas ‘chichis’, si me acostaba con muchos chicos, que yo era una zorra y una puta. Tenía 12 ó 13 años".

La violencia psicológica era una constante: “la forma en que me trataba me hacía sentir que yo me merecía todo eso (estar en la clase de gimnasia)", evidencia.

Durante seis años en que formó parte del equipo de gimnasia a cargo de Ricardo, Aída no le contó a su madre sobre las agresiones que sufrió en sus prácticas.

"Sabía que si le decía a mi mamá, ella iba a hacer algo. Y yo no quería dejar la gimnasia, porque era algo que me apasionaba", cuenta.

Pero su percepción cambió cuando vio un mensaje en el chat privado de las gimnastas.

"Una compañera contó que el ‘profe’ había metido al baño a otra niña y la había violado. Mi mamá lo vio y me preguntó. Ahí me desmoroné y le conté todo", comparte.

"Mi mamá me dijo que tenía que alentar a otras niñas a denunciar. Yo hablé con ellas, pero entendía su dolor. Muchas se sentían incapaces de decirlo en voz alta", explica.

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Aída fue la primera gimnasta del grupo en levantar la voz, en denunciar al agresor y de convertirse en un ejemplo de empoderamiento para sus compañeras.

"Sentía mucha culpa. Pensaba que le iba a arruinar la vida a alguien. Pero luego entendí que él ya nos la había arruinado a nosotras", reflexiona Aída.


Víctimas cuestionadas por la comunidad

Pese a los testimonios de al menos 12 víctimas, el caso enfrenta escepticismo por parte de la propia comunidad de padres de familia.

Los testimonios ofrecidos por Aída, Lucía y Jimena han sido cuestionados por la propia comunidad de gimnastas, a pesar de las pruebas presentadas ante la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos contra Niñas, Niños y Adolescentes y Mujeres por Razones de Género (FENNAM).

"Aún no creen que las pruebas que presentamos, que relacionan directamente a Ricardo 'R' con los delitos de los que lo acusamos. Aún no creen que 12 niñas repitamos los mismos abusos”, expone Aída.

“Quizá simplemente no quieren ver que estas historias podrían ser de sus propias hijas y que, por temor a la verdad, prefieren negarlo", relaciona.

De acuerdo con el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, las mujeres y niñas en México enfrentan mayor riesgo de abuso sexual debido a leyes frágiles y presupuesto insuficiente.

La carga probatoria recae en la víctima, quien debe interponer la denuncia ante las autoridades, es en esta etapa inicial que muchas veces las denuncias ya no avanzan.

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En México, la figura legal del estupro continúa representando una seria amenaza para la seguridad y el bienestar de las adolescentes. Esta disposición, presente en 28 de las 32 entidades federativas, permite que adultos que sostienen relaciones sexuales con menores de edad enfrenten penas reducidas al tipificar el delito como estupro en lugar de violación.

Esta práctica legal ha sido señalada por organismos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la organización ALIADAS, que advierten sobre cómo esta figura perpetúa estereotipos dañinos y facilita la evasión de responsabilidades por parte de los agresores.

Lo que comenzó como tres voces en Tamaulipas, pronto se convirtió en 12 denuncias. Pero ellas saben que hay muchas más víctimas que aún no han hablado, que siguen atrapadas en el mismo silencio que las envolvió durante años.

Este patrón de abuso no es exclusivo de su caso. Se han reportado agresiones similares en Veracruz, Nuevo León, Jalisco e incluso en Estados Unidos, donde el equipo nacional de gimnasia destapó uno de los mayores escándalos de abuso en la historia del deporte.

Cronología de una lucha interminable contra Ricardo "R"

Noviembre de 2022: la primera alerta ignorada

Una denuncia anónima enviada al Instituto del Deportes de Tamaulipas (INDE) alertó sobre un caso de violación contra una menor dentro de la unidad deportiva. El escrito fue canalizado a la Procuraduría de la Defensa del Menor, encabezada por el procurador Jorge Alberto Galván Garcés, sin que se implementaran medidas de precaución o inicio de investigación alguna.

Enero de 2023: la verdad sale a la luz

La madre de la gimnasta Aída descubrió que su hija también había sido víctima de abuso sexual y violencia por parte de su entrenador, Ricardo “R”. Fue a través del testimonio de otra niña que los abusos comenzaron a revelarse.

Febrero de 2023: denuncias ante la FENNAM

El 16 de febrero, tres madres representadas por el abogado Hugo González, con acompañamiento de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CODHET) acudieron a presentar denuncias formales ante la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos contra Niñas, Niños y Adolescentes (FENNAM).

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Los delitos denunciados: abuso sexual, violación y violencia equiparada en contra de las menores Aída, Lucía y Jimena, todas alumnas de alto rendimiento en gimnasia. Las carpetas de investigación quedaron registradas bajo los folios 328/23, 329/23, 330/23.

La agente del Ministerio Público asignada, Karen Quintanilla, lejos de actuar con empatía o diligencia, cuestionó la veracidad de las denuncias y minimizó la violencia, insinuando que las víctimas habían provocado la situación.

Febrero de 2023: más denuncias, misma inacción

Una cuarta carpeta fue abierta con número 091/23, y paralelamente se presentaron quejas formales ante la CODHET bajo los folios 098/23, 099/23, 100/23, 101/23. El objetivo era claro: evitar que Ricardo “R” continuara en contacto con menores. Sin embargo, el entrenador siguió activo representando a Tamaulipas en competencias nacionales.

Marzo de 2023: confrontación con el INDE

Las madres se reunieron con el director general del INDE, Manuel Raga Navarro, y el cuerpo jurídico encabezado por el Ing. Óscar González.

Durante la reunión, se detallaron los actos cometidos por el entrenador. El director Manuel Raga minimizó la gravedad de los hechos comparándolos con “la forma de entrenar de atletas rumanas”, confundiendo violencia con disciplina extrema.

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Abril–mayo de 2023: una petición ignorada

El 10 de abril de 2023 el jurídico de la Procuraduría de la Defensa del Menor recibió a las madres para analizar mecanismos que permitieran separar del cargo a Ricardo “R” mientras era investigado. El 17 de mayo de 2023 se emitió media cautelar dirigida al director administrativo del INDE, José Manuel García Castro. En el oficio INDE/DA/275/2023 se aclaró que Ricardo “R” no era trabajador del INDE, sino becario del programa S146 Deporte de Alto Rendimiento.

Este documento también señala que no se brindó atención psicopedagógica a las niñas porque ya recibían atención particular y en la Procuraduría, según el INDE, una tercera intervención era “innecesaria”.


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