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Coahuila

Leyendas de Saltillo: desentrañando el mito del Marqués de Aguayo

Se atribuyó a Francisco de Urdiñola el título de “Marqués de Aguayo” y el asesinato de su esposa, pero no existe documento que respalde los hechos.


Publicado el

Por: Leslie Delgado

 Urdiñola murió en 1618 y el verdadero título nobiliario fue concedido por Carlos II en 1682 a otra familia. El mito persiste por la confusión de linajes y la fuerza de la tradición oral en Coahuila.

La creencia de que Francisco de Urdiñola fue el legendario Marqués de Aguayo y el asesino de su esposa lleva más de dos siglos en el imaginario popular de Coahuila. 

¿Quién fue realmente Francisco de Urdiñola?

Entre 1572 y 1574 llegó como soldado de la Corona española, adscrito a las tropas de Mazapil. Participó como pacificador de las tribus indígenas y, tras sus campañas, se estableció como minero y ganadero en la región.

En 1576 abandonó la casa donde vivía para fundar Saltillo y, con el tiempo, levantó un extenso patrimonio que alcanzó hasta Texas.

¿Se autonombró el Marquesado de Aguayo?

La tradición local sostiene que Urdiñola, “sin competencia que le hiciera sombra”, se proclamó marqués. Sin embargo, no existe ningún documento que respalde esa supuesta auto-adjudicación. Las únicas referencias al primer marquesado de Aguayo datan de 1682, cuando el rey Carlos II de España otorgó oficialmente el título a otra familia.

¿Cuál fue su verdadera vida familiar y sucesión?

En 1586, en Río Grande, Zacatecas, Urdiñola contrajo matrimonio con Leonor López de Lois, hija del gobernador de la Nueva Vizcaya. Tuvieron dos hijas, María e Isabel, quienes nunca fijaron su residencia en Mazapil sino junto a su madre y abuela materna. Francisco de Urdiñola falleció en 1618 en Zacatecas.

La versión popular habla de un “Marqués” que, celoso, mató a su esposa y ocultó su botín en túneles bajo la Hacienda Patos (actual General Cepeda). Se relata que su fantasma galopa de noche para defender las joyas.

Según las versiones esta historia se consolidó como calumnia orquestada por Juan Bautista Lomas y Colmenares para debilitar el poder de Urdiñola, pero fue desestimada en juicio.

¿Por qué persiste el mito después de 400 años?

  • Confusión de linajes: la primera marquesa de Aguayo fue una bisnieta de Urdiñola, lo que ha llevado a confundir al fundador de Saltillo con el verdadero titular del marquesado.
  • Transmisión oral: relatos románticos y sensacionalistas reforzaron la figura del “Marqués asesino”.
  • Atractivo turístico: el fantasma montado y los túneles añaden un componente de misterio que atrae visitas a General Cepeda y Mazapil.

La historia documentada de Francisco de Urdiñola lo presenta como un pionero y hacendado destacado, no como el Marqués de Aguayo ni como un asesino impune. Desmontar esta leyenda ayuda a reconocer con precisión el patrimonio histórico y a ofrecer a visitantes y locales la verdad sobre los orígenes de Saltillo y su región.


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