Ordena Israel a la ONU desalojar sede en Jerusalén para refugiados
Las autoridades de Israel reclamaron a la UNRWA siete millones de euros para operar en su territorio.

TEL AVIV, Israel.- La Autoridad de Tierras de Israel (ATI) ha informado a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) que debe desalojar las instalaciones en su sede de Jerusalén este ocupado en un plazo de 30 días, tras aprobar una demanda presentada por el ministro israelí de Vivienda, Yitzhak Goldknopf.
En una carta enviada a la UNRWA, la ATI escribió que la agencia le debe una suma de más de 27 millones de shekels (unos 7 millones de euros) por operar en tierras pertenecientes a Israel.
La agencia, sin embargo, insistió en que no ha recibido ninguna comunicación oficial de las autoridades israelíes al respecto, y enmarcó el anuncio en una campaña israelí para "desmantelar" el organismo.
Israel señala de infiltración de Hamas en la UNRWA
Según la autoridad israelí, la ATI hizo durante años la vista gorda ante la violación por parte de la UNRWA de los términos del acuerdo según los que arrendó la tierra, pero las cosas han cambiado a raíz de la guerra en la Franja de Gaza, pues la tesis israelí de que la agencia está infiltrada por Hamas y que varios de sus empleados participaron en los ataques del 7 de octubre.
De hecho, Goldknopf, líder del partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá, acusó a la UNRWA de haber "actuado al servicio de Hamas e incluso participado en la brutal masacre del 7 de octubre".
La UNRWA, creada para ocuparse de los refugiados palestinos que huyeron o fueron obligados a abandonar sus hogares durante la guerra de 1948 tras la creación del Estado de Israel, ha sido durante mucho tiempo objetivo de la hostilidad de las autoridades israelíes, y no oculta su intención de cerrarla.
Desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, la agencia ha estado más aún en el punto de mira de Israel, que acusó a una decena de sus empleados de participar en los ataques de Hamas del 7 de octubre, y alega que más de dos centenares de su plantilla tienen vínculos con los islamistas.