Otro fútbol es posible
Hola qué tal, yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas tu micro mini podcast / barra futbolera / favorito.
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Hola qué tal, yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas tu micro mini podcast / barra futbolera / favorito.
Y en esta ocasión quiero contarles del futbol, pero en particular del futbol femenil.
Para quiénes no saben, yo inicié como reportera de deportes porque memama el basquetbol y quería estar cerca de los basquetbolistas. Claro, también me gustaba escribir y siempre quise contar historias, pero si podía contar historias de basquetbol, mejor.
O de beisbol o de futbol, porque en el camino me di cuenta que realmente me gustaban los deportes, el espíritu de las competencias justas, el sentido de pertenencia que surge cuando le vas a un equipo.
Por eso, por ejemplo, amé durísimo Ted Lasso, si no la han visto haganse un maldito favor y búsquenla, es una serie hermosa que usa el futbol como pretexto para hablar de la vida y del amor.
Si algo nos enseña Ted es que hay otras formas de relacionarnos con el deporte de las masas, con ese que a veces nos muestra un lado espantoso cuando el fanatismo lo ensucia, cuando la falta de gestión emocional de algunas personas lo salpica de algo que no es… o que al menos, no debería ser.
El futbol, decía Eduardo Galeano en uno de sus fragmentos de “A sol y sombra” es música en el cuerpo y fiesta en los ojos.
Y en nuestro país, el futbol femenil está colándose a esa fiesta.
El futbol femenil en México es una historia de opresión y resistencia. Es la lucha de unas morras que aman este deporte y que pelean por romper el techo de cristal.
El futbol femenil en México está buscando cambiar la forma en la que vivimos la pasión de ese deporte que mueve tantas almas.
Está yendo de las barreras a las barras, a las barras feministas.
Esa que grita consignas a favor de ambos equipos, esa que apoya también a las rivales, la que lo mismo festeja un gol del América que de Pumas.
Esa barra que busca mostrárnos que otro futbol es posible.
Les cuento su historia:
A estas morras en 2020 les dijeron que no podían entrar como “barra” a un estadio.
Pie de Página cuenta en un reportaje cuando la barra femista acudió por primera vez a un juego de la Liga MX Femenil. Era el Pumas contra Cruz Azul del torneo Clausura 2020.
Les dijeron que las barras estaban prohibidas por lo que no les darían acceso así, en bola.
Luego de mucho insistir, muy a huevo las dejaron entrar, pero las mandaron a la parte alta del estadio.
Desde allá, lanzaron sus primeras consignas:
“¡futbolista, hermana, aquí está tu manada!”, “¿en dónde están, en dónde están los directivos que van a pagar igual?”.
Punk.
En otra ocasión, en el estadio Nemesio Díez, para el partido entre México y Puerto Rico la seguridad impidió que varias integrantes de la Barra entraran con sus camisetas moradas, les pidieron cambiarlas o cubrirlas con chamarras.
¿Por qué?
Por que no.
Luego, en el Estadio Hidalgo les dijeron que no podían sacar lienzos.
Y un día, todo cambió.
El pasado 5 de junio mientras el futbol femenil mexicano rompía el récord de más de 58 mil personas viendo un partido, la Barra Feminista también hizo historia al ocupar las tribunas con sus gritos de apoyo al futbol, al buen futbol, a las jugadoras, a todas.
Por que si gana una, ganamos todas y esa es la consigna.