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¡Ya salió del clóset! ¿De dónde viene esta expresión?

Salir del clóset es un paso importante en la vida de muchas personas LGBTQ+. Conoce de dónde viene esta expresión y los desafíos que aún enfrenta la comunidad.

Día Internacional para Salir del Clóset. Foto: Anna Shvets
Día Internacional para Salir del Clóset. Foto: Anna Shvets

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Por: Laura Ávila

CIUDAD DE MÉXICO.- El 11 de octubre se celebra el Coming Out Day, un día que busca visibilizar el acto de 'salir del clóset', una expresión ampliamente usada en la comunidad LGBTQ+ y que, aunque se ha popularizado, pocos conocen realmente su origen. Este término tiene una historia que refleja tanto el dolor de esconderse como la valentía de mostrarse al mundo tal como se es. ¿Pero de dónde viene esta frase y qué significa realmente? a continuación te contamos. 

 

¿De dónde viene la expresión 'salir del closet'?

La frase 'salir del clóset' es una combinación de dos conceptos, especialmente arraigados en la cultura anglosajona. Por un lado, la palabra salir hacía referencia, en los años 60 y 70 en Estados Unidos, a la participación de una persona en eventos LGBTQ+, como los primeros desfiles del orgullo gay. Estos desfiles fueron un espacio de expresión y resistencia, iniciados tras los disturbios de Stonewall en 1969.

Por otro lado, la referencia al clóset proviene de la expresión inglesa 'skeleton in the closet' (esqueleto en el clóset), un dicho que simboliza un secreto vergonzoso que alguien oculta. En ese contexto, ser homosexual durante el siglo XX se veía como algo que debía mantenerse en secreto. Así, la unión de ambos conceptos resultó en esta poderosa expresión que hoy representa el proceso de aceptar y compartir abiertamente la identidad LGBTQ+.


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¿Qué significa hoy salir del clóset?

Salir del clóset ya no es solo una frase, es una experiencia profundamente personal. Para muchas personas, representa el acto de aceptar su orientación sexual o identidad de género y, luego, compartirlo con sus seres queridos. Este proceso no es igual para todos: algunas personas lo hacen de manera gradual, mientras que otras eligen hacerlo en un momento específico.

Salir del clóset puede traer una montaña rusa de emociones. Al principio, hay mucho temor, ansiedad e incertidumbre, pero muchas veces el resultado es un alivio profundo y un sentido de libertad. No hay una forma correcta o incorrecta de hacerlo, y cada persona decide cuándo, cómo y con quién compartir su identidad.

 


El proceso de salir del clóset en la comunidad latina

De acuerdo con la Fundación Human Rights Campaign en las culturas latinas, salir del clóset puede ser un reto adicional. Los valores familiares y la religión pueden agregar presión, y muchas veces las personas LGBTQ+ deben navegar entre la aceptación propia y la de sus seres queridos. A pesar de estos retos, muchas personas que han salido del clóset han expresado que, tras hacerlo, las relaciones con sus familiares se han fortalecido, como lo demuestran historias de activistas que han inspirado a sus familias a ser defensoras de la comunidad LGBTQ+.


De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2021, el 5.1% de la población mayor de 15 años en México se identifica como parte de la comunidad LGBTI+. Sin embargo, esta misma población también enfrenta altos niveles de estrés y problemas emocionales. Según el informe, 88.7% de las personas LGBTQ+ reportan haber experimentado estrés, y más del 50% ha lidiado con depresión. Esto demuestra que el proceso de salir del clóset, aunque liberador, también puede traer consigo desafíos emocionales.


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¿Cómo prepararse para salir del clóset?

Según expertos, el primer paso es reconocer y aceptar su identidad. Después, pueden elegir a quién contarle, comenzando por las personas que consideran más seguras y comprensivas. No siempre es fácil, pero el apoyo de amigos, familiares o incluso de comunidades LGBTQ+ en línea puede hacer toda la diferencia.

Salir del clóset no es un evento único, sino un proceso continuo. En cada nueva interacción, las personas LGBTQ+ deben decidir si desean compartir esta parte de su vida o no. No hay presión para hacerlo de inmediato o con todo el mundo; lo importante es que cada persona lo haga a su propio ritmo y según lo que le haga sentir más segura.


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