“Los niños de la Cumbia”, el sueño de una familia
Pequeño acordeonista presenta sordera, pero esto no es impedimento para cumplir sus sueños.

MONTERREY, Nuevo León.- Al ritmo de unas buenas cumbias vallenatas, estos pequeños deleitan el oído en donde se presentan.
Se trata de “Los niños de la Cumbia” una pequeña agrupación familiar conformada por cuatro hermanos y sus padres.
El gusto por la música vallenata comenzó hace cuatro años cuando el pequeño Jonathan quien tiene un problema de audición, comenzó a interesarse por este género.
Poco a poco comenzó con algo de dificultad a escuchar las melodías interpretadas por Celso Piña, para replicarlas en el acordeón, pero fue ayudado por su padre Juan Antonio Ramírez.
Él no escucha él tiene un problema de audición, pero aun así como quiera siguió la cumbia, le puse los temas de Celso Piña (...) Lo desarrolló por medio de tutoriales en televisión y empezó a sacar los temas de Celso Piña, no escuchaba, pero se acercaba a la bocina y ahí fue donde pudo sacar los temas de Celso Piña
Para Jonathan la música se ha convertido en un pasatiempo que ahora forma parte de su vida en familia. La música vallenata es su preferida, su canción favorita La cumbia poder.
Celso Piña es la inspiración musical para esta familia, pues fue quien les dio la oportunidad por primera vez de tocar en un escenario.
Para su madre, la señora Marian de León Robles, la música ha fortalecido la unión familiar, además del apoyo en todo momento a Jonathan, sin dejar a un lado a sus hermanos los pequeños Rubí, Ángel y Anthony de diez, nueve y cinco años.
Los hemos estado apoyando mucho, mi esposo fue el principal que les inculcó la música Colombiana y él desde muy chiquito le gustaba mucho el acordeón y es seguidor de Celso Piña de hecho Celso es su padrino de mijo, y pues hasta el último momento se despidió a Celso también, y bien contentos porque la familia nos da un lugar bien bonito
Su hermano el pequeño Ángel toca el acordeón, su canción favorita es Cumbia sobre el río, pero lo que no le gusta es cantar, pues dice se apena un poco.
“No canto, ja, ja, ja, me da vergüenza” dijo el menor Ángel.
A quién si le gusta interpretar melodías es a Rubí quién en todo momento busca la manera de ensayar con su madre quién le recuerda cada letra de las canciones que canta.
Así es como estos padres de familia impulsan a sus hijos para que algún día lleguen a colocarse entre los grandes del género Vallenato.