¡Agua que se esfuma! El saqueo del Guayalejo‑Tamesí amenaza al sur de Tamaulipas
Agricultores, Pemex y diques viejos están desviando el agua río arriba, dejando al sistema lagunario al borde del colapso.
ZONA SUR, Tamaulipas. -Mientras el sur de Tamaulipas espera el líquido vital para consumo humano e industria, el río Guayalejo‑Tamesí sigue perdiendo caudal por extracciones ilegales y fugas en infraestructura obsoleta.
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Según el activista José Luis León Hurtado, el saqueo de agua río arriba pone en riesgo el abasto en Tampico, Altamira y la región lagunaria. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) aparece señalada como la autoridad que debe frenar esta sangría antes de que sea demasiado tarde.
Río Guayalejo-Tamesí. Foto: Redes Sociales
¿Por qué se está “robando” agua río arriba del Guayalejo‑Tamesí?
León Hurtado explica que la práctica no es nueva, pero se intensificó el año pasado cuando agricultores cañeros desviaron caudales para regar más de 30 mil hectáreas. “Nos mandaron un video donde alguien está desviando el agua más allá de González rumbo a El Mante… y ahorita ya empezaron de nuevo”, denuncia.
Además, Petróleos Mexicanos extrae volúmenes enormes para sus operaciones, mientras los viejos diques pierden millones de litros por fugas y compuertas mal cerradas.
Han encontrado tomas clandestinas. Foto: Redes Sociales
¿Está garantizado el agua para el sur de Tamaulipas?
Lejos de estar asegurado, León Hurtado considera aventurado decir que el abasto está garantizado. Con cerca de 30 mil litros por segundo destinados a Comapas, Pemex y la industria petroquímica, los escurrimientos que deberían alimentar el sistema lagunario se reducen drásticamente antes de llegar.
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“La Conagua reporta niveles de almacenamiento sin descontar sedimentos ni fugas —dice—; en realidad hay que dar por bueno la mitad de lo que dicen”.
Activista José Luis León Hurtado. Foto: Redes Sociales
¿Funcionan bien los diques del sur tamaulipeco?
La respuesta es un rotundo no. Los diques tienen más de 75 años de antigüedad —25 años más de lo recomendado— y presentan permeabilidad que deja escapar grandes volúmenes de agua dulce.
Las compuertas del dique Camalote se abren con el paso de lanchas, y la costalera instalada en 2021 se rompió por mareas altas, exponiendo el sistema a salinidad. Sin un proyecto integral de rehabilitación —o el avance urgente del dique Moralillo— la pérdida continúa.
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José Luis León exige a Conagua supervisión constante de concesiones y presencia de inspectores para documentar extracciones ilegales. “Deben monitorear quién extrae y cuánto —insiste—, porque llenar presas para asegurar cultivos deja seco al sur”. La falta de dragado en ríos y canales agrava la retención de sedimentos, reduciendo aún más la capacidad de almacenamiento.
En contraste, la población y sectores productivos esperan soluciones inmediatas. La situación no sólo impacta el suministro doméstico, sino también la pesca, el turismo ecológico y la economía regional. Conagua tiene en sus manos frenar el saqueo y fortalecer la infraestructura hídrica antes de que Tamaulipas enfrente una crisis de escasez irreversible.
