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Tamaulipas

Lucía, la gimnasta de Tamaulipas que lucha por encarcelar al instructor que abusó de ella

La gimnasta de Tamaulipas tenía 12 años, cuando Ricardo "R", su exentrenador, la golpeaba y la maltrataba frente a sus compañeras de clases. Ahora, lucha por obtener justicia.

Lucía soñaba con ser gimnasta hasta que su entrenador abusó de ella
Lucía soñaba con ser gimnasta hasta que su entrenador abusó de ella

Publicado el

Por: Ramón Sánchez

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Cuando Lucía caminaba hacia el baño de hombres del centro deportivo Siglo XXI, en el que entrenaba gimnasia desde hace más de cuatro años, no sabía que lo que le pasaría la marcaría por el resto de su vida.

Esta no era la primera vez, ni la segunda, sino la tercera ocasión en que Ricardo “R”, entonces su entrenador de gimnasia, abusaba sexualmente de ella.

A diferencia de la primera vez, en la que tuvo que esperar instrucciones de su agresor, esta vez Lucía sabía lo que tenía qué hacer: quitarse el leotardo que usaba para su práctica, subirse al lavabo y abrir las piernas.

Ella apenas tenía 14 años. Catorce años.



Lucía descubre la gimnasia

Lucía comenzó a tomar clases de gimnasia en el centro deportivo Siglo XXI, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, cuando tenía 10 años. Dedicaba dos horas diarias a su práctica y, aunque le gustaba trabajar todos los aparatos de la gimnasia, prefería hacer su rutina de piso.

“Desde muy chiquita me había gustado la gimnasia y yo me quería meter a practicar, pero mis papás nunca querían que me metiera”, cuenta la adolescente de 17 años, en entrevista exclusiva para POSTA Tamaulipas.

Lucía, — nombre que eligió la gimnasta para proteger su identidad —, convenció a sus padres con un argumento sólido: mientras sus hermanas practicaban básquetbol en la misma unidad deportiva, mejor conocida como “El Planetario”, ella podría tomar clases.

“Una vez, yo me bajé a acompañarlas y por una ventana veo que estaba el gimnasio de gimnasia y me quedé impactada. Ahí fue cuando llegué con Yadira (ex entrenadora), y me dio los informes, me dijo que fuera a una clase de prueba”, recuerda.

Ricardo “R” abusó de 12 alumnas

En febrero de 2023, cuatro gimnastas que formaban parte del equipo que entrenaba Ricardo “R” en Siglo XXI acudieron a la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos contra Niñas, Niños y Adolescentes y Mujeres por Razones de Género (FENNAM) a denunciarlo por los delitos de abuso sexual agravado, violación y violencia familiar equiparada.

Ante la falta de avance en el caso, los padres de las deportistas acudieron a la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CODHET), que emitió una recomendación al Instituto del Deporte de Tamaulipas (INDE): remover al entonces entrenador. Aviso que no fue atendido por el Instituto.

La FENNAM removió a la entonces fiscal Karen Lizeth Quintanilla Cantú en febrero de 2024 porque no integró las pruebas en las carpetas de investigación, con lo que Ricardo “R” continuó en libertad después de la audiencia inicial.

Tras dos meses de presiones después, en abril de 2024, la Fiscalía vinculó a proceso al ex entrenador de gimnasia. En mayo de 2024, el juez concedió la orden de aprehensión en contra del acusado. Bajo estas acusaciones, el 19 de mayo de 2024 Ricardo “R” fue detenido en Coahuila durante una competencia de gimnasia.

Actualmente, Ricardo “R” enfrenta 12 acusaciones por diferentes tipos de violencia cometidas contra las alumnas que entrenaba, cuyas edades oscilaban entre los 12 y los 15 años de edad cuando pasaron las agresiones.

Ricardo “R” se encuentra en prisión preventiva en el Centro de Ejecución de Sanciones (CEDES Victoria). De acuerdo con el Código Penal, la pena que podría enfrentar podría alcanzar de 50 hasta 600 años en la cárcel. Sin embargo, el exentrenador ha promovido amparos a su favor que permanecen resolver.

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¿Qué maltratos físicos sufrió Lucía?

"Desde el principio, (Ricardo) me daba nalgadas por todo: si no me salía bien un ejercicio, era nalgada; si me movía, otra nalgada. Siempre me dejaba marcas, pero como eso se lo hacía a todas, yo pensaba que era normal", cuenta la gimnasta.

Ese maltrato físico también dejó secuelas en la pequeña. Lucía recuerda con nitidez aquella tarde de diciembre de 2023 cuando solicitó a su entrenador permiso para salir una hora antes de su clase porque tenía un compromiso familiar. Sin embargo, el instructor le condicionó su salida anticipada.

Antes de retirarse del gimnasio, Ricardo la llamó y, luego, le azotó la mano sobres sus pequeñas nalgas. Aunque Lucía sintió dolor, prefirió no mostrar su vulnerabilidad frente al resto de sus compañeras de clase.

Afuera del recinto, su familia la esperaba en el automóvil, se subió y se echó a llorar. Cuando le preguntaron la razón de sus lágrimas, ocultó el abuso que había sufrido y mintió: por un ejercicio que no había realizado con destreza, dijo.

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¿Qué pasaba en los baños del gimnasio Siglo XXI?

Una tarde de marzo de 2021, Ricardo le pidió a Lucía que se quedara después de una plática motivacional que sostuvo con el equipo completo.

"Todas se fueron a entrenar y, a mí, me dijo que me quedara… Me dijo que, para poder tener mayor control sobre los cambios de mi cuerpo, debía tomarme fotografías. Me dijo que era normal", cuenta la gimnasta.

Ricardo le dio la indicación de dirigirse al fondo del baño, justo donde se encontraban las regaderas.

"Ricardo llegó y me dijo que me quitara el leotardo. Yo lo bajé hasta mi cintura, pero me dijo que debía quitármelo todo, también mi top, así que quedé completamente desnuda", narra la hoy adolescente.

Después de fotografiar su cuerpo desnudo, Ricardo le mostró a su alumna una fotogalería que tenía bajo un código secreto en su celular. En un intento por ganarse la confianza de la pequeña.

“Salí del baño y me dijo: ‘mira, ven’. Y me sentó en un cubo y me dijo: ‘para que confíes en mí, te voy a enseñar que esto es normal. Mira, me enseña su teléfono y abre la aplicación, pone unos números y entra a su galería’”, describe la gimnasta.

“Me dijo: ‘mira esto, no eres la única con la que lo he hecho, aquí hay muchas niñas, aquí está y me mencionó el nombre y me enseñó las fotos de varias gimnastas que habían estado con él, o sea, que había entrenado él. Incluso de una maestra, me comentó que él había ayudado a la maestra para que ella pudiera tener a su hija. Me dijo que todo era normal, que no desconfiara de él", relata.

En la siguiente ocasión, Ricardo le dio una instrucción similar a Lucía, sin embargo, esta vez hizo contacto físico con la pequeña.

"Me pidió que me subiera a la barra de los lavabos y que abriera mis piernas, me dijo que tenía que revisar algo", narra la adolescente.

Pero la tercera ocasión, fue la que dejó una herida profunda en Lucía. Al igual que las ocasiones anteriores, Ricardo le ordenó dirigirse al baño, pero esta vez al de hombres, "vete al baño, ya sabes para qué, pero ahora te metes al de hombres, hasta el fondo", le acotó.

Cuando Ricardo llegó, ella ya se había desnudado, pues creía que le tomaría fotografías. Pero el exentrenador de gimnasia le ordenó subir a la barra de los lavabos y abrir las piernas.

Lucía sólo quería que ese tormentoso momento terminara pronto. Fijó la mirada en el techo de los baños porque le “daba asco verlo a la cara”, expresa la exalumna.

Al finalizar, Ricardo le dio un beso en los labios. Se acomodó el short que vestía, salió del baño y se dirigió a continuar con su clase de gimnasia que había dejado inconclusa. En medio de las instrucciones al resto de las alumnas, Ricardo gritó: ¡Este es el mejor día de mi vida. ¡Se me ha cumplido un sueño!”, recuerda Lucía con tristeza.

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La huella del abuso

“Llegué a mi casa, me encerré en el baño y empecé a llorar y a llorar y a llorar. Esa noche no dormí, esa noche literal me la pasé llorando, me tuve que dormir con mi hermana mayor en su cuarto porque me daba miedo dormir sola. Sentía asco hacia él, asco hacia mí”, confiesa Lucía.

“Al día siguiente, no fui a entrenar. Le dije a mi mamá: ‘no quiero ir a entrenar, me siento mal’, y claramente mi hermana también notaba mi manera de cómo estaba y me preguntaba. Nunca le dije nada a nadie”, reconoce.

Lucía cuenta que en una ocasión una psicóloga asistió a los entrenamientos del gimnasio Siglo XXI para realizar evaluaciones al equipo de gimnasia, pero pronto Ricardo le retiró el acceso, pues se enteró que algunas niñas hablaron de los golpes que recibían.

“Muchas de las niñas que entrenaban conmigo se acercaron a hablar con ella. Cuando el ‘profe’ se dio cuenta que le habían dicho a la psicóloga que él nos ‘nalgueaba’, el profe la corrió, o sea, habló con no sé quién para que la psicóloga ya no fuera y la psicóloga dejó de ir”.

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